Los ojos de Cecilia

Hoy me encontré con Cecilia, que me leyó las cartas, sentadas ambas en sillas plegables, en una recodo oscuro junto a los ultramarinos de una calle en la Zona Rosa. Cecilia, que debe tener mil años, dice que pertenece a la generación del 68 en México. Así me leyó las cartas: me dijo que llegaré, profesionalmente, a donde quiera; que tendré dos hijos, gemelos; y que mi papá y yo viviremos largo tiempo, y que mi padre conseguirá todo lo que desee. Pero esto me lo dijo al mismo tiempo que me daba, uno detrás de otro, consejos para el embarazo y el parto; consejos para la contracepción (como usar condón); consejos para mantener una relación de pareja y consejos generales de filosofía y vida.
Cecilia es, de hecho, una doctora. En sus tiempos trabajó de cooperante en un Kibbutz, en Israel: ¡éramos todos laicos! – me dice. Luego me cuenta que estaba en Chile en 1973. ¡Eso fue terrible!- me dice. Cecilia dice que lo que hace es psicoterapia. Creedla o no, yo la creo. Le he oído decirme en una hora consejos sencillos y sanos que cualquier doctor o abogado te diría si tuviera el tiempo para escuchar tus problemas. Así que Cecilia escucha y busca en su cabeza la información que cree te puede ser útil. Quizá no tenga todas las respuestas, pero tiene algunas.
-La gente aquí es supersticiosa. Me creen más con las cartas que sin ellas.
Cecilia tiene ojos de jovencita y la cara risueña, pero su sonrisa tiene solo tres dientes. Por lo demás, tiene sus gafas de pasta y su pañuelo anudado como una vieja gitana. No mira las cartas, no le interesan. Lo que más le interesa es contarte las piezas deshilachadas del puzle que es la vida, bueno, su vida.
(No os he contado que Cecilia está casada con Peret, que vino aquí como republicano y que lucha ahora porque le reconozcan sus derechos en España. Peret está indignado por toda la historia de Garzón y dice que España no será jamás una democracia si no se reconoce el pasado. Y creo que tiene razón, la cosa del pasado es que no se va. Peret tiene una barba larga de filósofo y una gorra de Republicano. Echa de menos so país, pero dice que quiere morir en suelo Mejicano).
Cecilia estaba triste cuando hablaba conmigo. Dice que oyó lo siguiente en las noticias: un niño en un poblado se encontró una granada. Jugando se la llevó a su madre gritando, hasta que le explotó en las manos.
Hoy, le dicen, jornada roja en Monterrey. De madrugada un comando de decenas de personas entró en un hotel para secuestrar a cinco civiles, un recepcionista y un guardia de seguridad. Algunas personas aguardaban en la calle en barricadas para detener a la policía en caso de que se les acercara. El resto del día ha debido ser un ir y venir de pistoleros: 12 muertos, 9 heridos, sólo en Monterrey.
(No os preocupéis por mí; tengo dinero para ir en taxi a los sitios, y mi hotel debe ser uno de los más seguros. Ya sabéis que no bebo ni sola ni con extraños, y, por estar aquí, no voy a salir después de las 9. Además, Bas viene el sábado, y aunque creo que seré yo la que tendrá que irle calmando, creo que todo irá bien).
Como en la gran obra del gran Roberto Bolaño 2666, las muertes ocurren alrededor de las fábricas, en los barrios tristes, en Monterrey en el centro porque está abandonado, y la gente sigue viviendo, andando de aquí para su casa, y cuando te dicen de los tiroteos (baleadas) y tu les preguntas como pueden vivir en estado de guerra, nomás que te sonríen como si fueras demasiado ingenua para empezar a explicarte…
“La maldad”- dice Cecilia- “es un invento del ser humano. Es un inventó que permite la explotación de otros y de sí mismo. Pero, como es un invento, tiene que tener solución. Sólo que no la hemos encontrado todavía.”

1 comments:

Anónimo dijo...

juer, el primer coment se me ha borrado, con lo que me lo había currado¡¡¡
Bueno, cada dia me sorprendo menos de los pesonajes que puedes llegar a encontrar¡¡¡.- desde luego esta buena señora podia haberse bajado de cualquier novela de esas del realismo mágico, incluso si me apuras hasta de alguna del viscerealismo.- solo por conocerla me encantaría ir a Méjico¡¡¡ (bueno, tambien por escuchar los mariachis, y echarme un tequila con los valentones, pero eso es otra historia)
En cuanto a tu futuro... no te quejaras, mejor imposible¡¡¡ juer con la adivina¡¡¡.-el mio, como dijo el poeta, Virgencita, virgencita, que me quede como estoy¡¡¡, aunque debo confesar que las sillitas de bebe gemelas siempre han sido mi debilidad, je,je,je,...
muassssssssssssssssssssssssssssssss