Del dolor de la mujer

Ya tenía el día malo pero la noticia de la violación de una niña en Baena me ha puesto los pelos de punta. Por un lado está la barbaridad que no se pueda hacer nada y que un juez considere que como la chica no resistió no se puede considerar agresión sexual. Por otro, me parece increible que esto pudiera ocurrir a la luz del día, y que una testigo tardara 5! horas en comunicarlo a la policía. Yo no soy muy tremendista con noticias de sociedad, pero esto clama al cielo. Lo voy a registrar como ejemplo de la situación insostenible en que las mujeres viven en esta sociedad patriarcal en la que vivimos.
Por un lado, no se puede admitir que esto este registrado como una no-agresión sexual. Si bien nuestras leyes se construyen en base a ciertas definiciones, este ejemplo demuestra que esas definiciones no pueden abarcar todas las barbaridades con las que nos sorprende la realidad. Como se puede decir que la pobre chica consistió cuando fue amenazada por 6! tipos, uno de ellos de 22 años, que encima la chantajeaban, y para mas inri la chiquilla estaba emocionalmente atada a uno de ellos. Está claro que las leyes no son perfectas, pero que la ley no pueda entender la burrada a la que esta chica ha sido sometida, demuestra que tenemos que buscar otro modo de afrontar estos problemas.
Si bien, por otro lado, entiendo que esta agresión no se puede entender solamente como el producto de seis mentes enfermas, pero más que nada, como el resultado de una socialización patriarcal y demente (de hecho, dice El País, estos tipos ni siquiera reconocían que hubieran hecho nada malo), también pienso que tenemos que encontrar mecanismos para poner a estas personas en su sitio. De hechos como estos todos somos responsables: por admitir la desfiguración absurda de las relaciones personales, el amor, y el sexo en los diferentes medios de comunicación, por admitir las burlas estúpidas, las bromas machistas, las insinuaciones misóginas, por perpetuar el rol de la mujer. La violencia de género no es más que un síntoma de una sociedad enferma.
No os extrañe que este tan enfadada. La persona con la que mas enfadada estoy es conmigo misma. Y esto es un mea culpa... Por no haber tildado de capullos a los idiotas que en la universidad hablaban de 'ninfómanas' sueltas en fiestas estudiantiles en lugar de violación de chicas inconscientes por la bebida o las drogas. Por no saber siempre defender mi creencia que la igualdad de la mujer está lejos de ser alcanzada (en su lugar tenemos que aferrarnos a espejismos de igualdad en que las mujeres jugamos el papel de hombres). Por haberme prestado en tantas situaciones a jugar el rol de 'mujer' sin definir mis propios términos. Y finalmente, por no haber denunciado al hijo puta que intento abusar de mi en Wageningen, que, desgraciadamente no paró después de intentarlo conmigo. Y esta es una carga que llevo conmigo, por cada chica que tuvo que enfrentarse a ese viejo sarnoso, lo siento mucho, siento haber huido, siento no haberme enfrentado. ¡Nunca hice nada, nada! Al contrario que todos mis héroes, que rápido me olvidé de mis principios. Esta fue la primera vez que comprendí que el miedo es una fuerza paralizante.
Estoy llorando ahora, porque esto no tiene perdón, porque tenemos que luchar, no por el odio y la venganza, sino por la desaparición de todas nuestras ideas sobre la sociedad, el cuerpo y nuestras relaciones que dan lugar a eventos como este, en Benalmadena, donde una chica salió de la piscina llena de esperanza y acabo con el alma rota.