Conferencia e irrealidad

Bueno un titulo postmoderno, para un tiempo postmoderno. Esto de ser ciudadano cosmopolita del mundo y de pasearse por conferencias es una cosa excitante pero al mismo tiempo le deja a uno un regustillo amargo, no se, como si nada hubiera pasado y el tiempo se hubiera perdido en un sucederse continuo de interacciones con desconocidos.
La verdad es que esto es raro, porque a mi me encanta conocer gente nueva, siempre que puedo, y lo bueno de estas conferencias es que todo el mundo tiene cosas interesantes que contar... pero en una maraton de tres dias he debido conocer a 40 nuevas personas, cuyos nombres situo en mi mente vagamente, y solo gracias a la mera associacion de sus nombres y un par de palabras clave sobre sus proyectos (por ejemplo: "patricia, Mexico, vulnerabilidad"). Y luego es eso de estar en un hotel, que por muy bonito que sea es extraordinariamente anonimo. No es sorpresa, por lo tanto que despues de tres dias me siente como si todo perteneciera a una especie de realidad paralela, y las unicas cosas que si que parecen reales son las noticias estridentes (la muerte de Michael Jackson; el golpe de estado en Honduras, y esas cosas).
Por cierto, que no lo he dicho, la conferencia era en Marsella. Y que ciudad! Hermosa, multi-cultural, luminosa... la sensacion de caminar entre siglos de historia no se le escapa nunca al visitante. La geografia accidentada, sorprende, la vistas desde el faro quitan el hipo, el paseo por los nuevos barrios son testigos de la crisis...
Creo que hay tanta luz en esa ciudad que todo se emborrona de blanco, y claro, uno no puede dejar de cuestionarse si de verdad ha visitado Marsella en tres dias, o simplemente a tenido un precioso y confuso suegno...