Por que no me gustan las travesuras de la niña mala

Las travesuras de la niña mala es uno de los últimos libros de Mario Vargas Llosa. Mario Vargas Llosa es uno de tantos escritores con los que mantengo una compleja relación amor-odio. En la parte del ‘amor’ Vargas Llosa ha seducido mi imaginación y ampliado mi conocimiento sobre temas muy complejos. Por ejemplo recientemente en el libro ‘El paraíso en la otra esquina’ me deleitó con las aventuras de Paul Gaugin en la Polynesia, en capítulos intercalados con las aventuras de su abuela ‘La Española’ anarquista y lesbiana Florita. El libro es un deleite desde la portada hasta el último punto. Mi odio viene del propio personaje-autor Mario Vargas Llosa, de mi aburrimiento con sus desahogos en el País y en general de esta imagen de sabelotodo que me aburre 100%. Tanto es así que me había llegado a convencer a mi misma de que Mario Vargas Llosa-el autor y Mario Vargas Llosa el personaje no eran la misma persona. Os imagináis que semejante relación me causa un cierto desasosiego.

El señor Vargas Llosa, muy atractivo por cierto....

Y ahora viene la cosa a complicarse más, pues me acabo de leer un nuevo libro ‘Las travesuras de la niña mala’. Cuenta la leyenda que cuando mi tía Mavi le regaló el libro a Toné, éste, tras leerlo no pudo menos que decir: ‘No me has regalado un libro: me has regalado una obra de arte’. También se encuentra entre sus seguidoras mi madre, cuya imaginación el libro parece haber capturado. Imaginaréis que yo estaba ansiosa por leérmelo, y cada vez que lo veía en la encimera con el marca-páginas de mi madre me tenía que controlar para no hacerlo desaparecer para podérmelo leer sin tener que esperar a que ella se lo acabara. Tanto es así que una vez en mis manos el libro duró apenas un fin de semana, devorado por mis ojos.
El veredicto: una decepción. ¡No me ha gustado! Y simplemente no entiendo que le ven. Para empezar el libro es una sosería. El tema del libro parece ser el amor sin condiciones, el amar por muchas putadas que le gasten a uno. Pero es que ni siquiera me parece que los protagonistas estén enamorados… de hecho la vida les pasa por delante como si no les importara. Luego esta el personaje de la Niña Mala. Una mujer calculadora a la que lo único que le importa es el dinero. Yo no niego que haya gente que haga cosas como las que hace la niña mala- romper corazones a diestro y siniestro- pero ni la más cínica furcia sería tan malvada consigo misma. A mi el narrador me parece estar cerca de la misoginia, me parece no entender o no querer entender a las mujeres- y lo que es peor, se dibuja a sí mismo como una víctima sin amor propio que, en contraste, hace a las mujeres todavía más feas.
Ahora, quizá era este el contraste que Vargas Llosa quería lograr y mi repulsión para con el libro es precisamente lo que demuestra que el libro es un buen libro. Y si, uno puede decir que son personajes planos y sin embargo acarrean grandes dilemas de la existencia humana, como si personajes de Shakespeare se tratara.
Y sin embargo hay algo por lo que no paso. Estos personajes no viven en ciudades (Miraflores, Paris, Londres, Tokio, Madrid) sino en decorados. Ni siquiera el barrio de Lavapiés cobra vida bajo la pluma de Vargas Llosa. Parece poco más que un lugar de paso. Londres es un hotel con discotecas. Solo Paris parece tener cierta vida, pero todo eso se desvanece en la escena en la que el protagonista está a punto de suicidarse. ¡Qué diferencia con las historias de Gaugin en Polynesia, la manera en que Vargas Llosa describe las relaciones entre indígenas y colonos, la selva y los viajes entre Francia y Perú de Florita!
Me fastidia no compartir el aprecio por esta obra de (des)arte; sin embargo creo que a veces es bueno leerse un libro que no le gusta a uno por el simple hecho de que leer tal libro ayuda a comprender porque ese libro en particular no le gusta a uno y que libros pueden gustarle más en el futuro.
Lo mejor del libro era la portada...

2 comments:

Anónimo dijo...

Quizá lo que le veo al libro es que puedo leerlo y mantener un interes, pese a quien lo ha escrito por quien no siento ninguna simpatia ni comparto ninguna idea.Lo mismo me ocurrio con "La fiesta del chivo",los he leido con curiosidad y por casualidad.Lo recomiendo.

Aleja Ortega dijo...

Primero, Vane, felicitaciones por tu tesis, espero tengas muchos exitos en tu carrera.

Segundo, y como comentario a tu escrito y a la respuesta del anonimo, vengo a rescatar la literatura de Vargas Llosa. A pesar de que no puedo leer todo lo que quiero por mis ocupaciones académicas, he podido leer varios libro de este autor y he vivido, contrario a ustedes, una bkna y satisfactoria. Creo que la clave de leer no está en leer por leer, ni en que te recomienden un libro, sino en encontrarse uno mismo con ellos y en leerlos con un transfondo. Haber si me hago entender: plantearte en un comienzo -se que no es fácil, si no sabes de que trata el tema o cual es el género del autor- alguna cosa que deseas encontrar, como qué quisieras rescatar de ese libro, que valores obtendrás de el, y después de leerlo hacer una reflexión no del tipo "libro chvr, aburrido, bueno, etc" sino como una crítica al mismo, descifrando e interpretando la idea del autor al momento de escribirlo.
Para finalizar, te recomiendo te "encuentres personalmente" con el libro "Elogio de la madrastra" y con "Los cuadernos de don Rigoberto", ambos de V. LLosa.

Ahhh, por cierto, siii, es un maduro guapo.