Echar de menos

Lo que es la vida,
Juan Peña Llopis era un ecólogo de Castellón, muy conocido por su trabajo en Sistemas de Información Geográfica, que desgraciadamente falleció el pasado Diciembre a la temprana edad de 30 años.
Me enterado de esto por Internet. Ahora, me diréis, ¿qué tiene que ver contigo este chico? ¿Lo conocías o qué?
Pues no, no lo conocía, y eso es lo curioso del asunto. Nunca jamás antes de hoy había oído hablar de él, y sin embargo su vida es tan familiar: con intereses parecidos a los míos, nuestros nombres se han cruzado en varias ocasiones. Como yo, Juan era un apasionado de la investigación. Probablemente ambos fuimos grandes admiradores de los Sistemas de Información Geográfica y me da en el corazón que, como yo, Juan fue un enamorado de las aplicaciones prácticas de la investigación, de su uso en la gestión del territorio y de la mejora en general de la vida de la gente. Juan solo tenía un año o dos más que yo, y casi me da que nuestras vidas han ido en paralelo por mucho tiempo. Incluso si miro a su fotografía casi me parece haberlo conocido de toda la vida, casi creo que era él quien se sentaba delante de mi mesa en clase de naturales fascinado por la vida de las abejas y temas similares. Pero por más que reviso mi coco, no consigo situarlo, con toda la familiaridad que me despierta su rostro y su vida. Por todo esto me siento casi obligada a hacerle un homenaje.
Pero hay una razón más: la razón por la que me he enterado, precisamente hoy, de lo que había pasado. Estaba buscando una referencia y he cometido la banalidad narcisista de googlear mi propio nombre. Creo que muchos científicos deben hacerlo, para chequear si alguien les ha citado en otras publicaciones por ejemplo (el éxito de un científico se mide en nuestros días por la capacidad de ese científico de ser citado por otros científicos). Vamos, que no tengo excusa. La cosa es que de repente vi mi nombre en un documento del Estado y, como no, me ha entrado curiosidad y lo he abierto para ver de que se trataba. Era una lista de adjudicaciones de becas de Cooperación, unas becas que el ministerio de Asuntos Exteriores solía dar (no sé si lo hacen todavía) a estudiantes para ir a Sudamérica un verano a hacer un proyecto o una estancia de prácticas. A mí me adjudicaron una en Tarija, Bolivia, donde pasé uno de los mejores veranos de mi vida, hice el proyecto de fin de carrera y conocí a algunas de las personas que me han marcado para siempre, mi querida Claudita, Nelly, Vladimir, Jorge Ríos… no se si se acordaran de mí pero yo me acuerdo de todos, y hasta mi madre me puso so regalo (una dedicatoria pintada en cuero) en un marco en el salón y cada vez que lo veo me lleno de alegría. Ir a Bolivia me cambió la vida, no solo por ir a Sudamérica, que es siempre estupendo, sino también por mi proyecto, por mi naciente interés en temas sociales, por lo mucho que aprendí y por lo mucho que me ha ayudado en todo lo que he hecho después. A veces pienso ¿qué hubiera sido de mí sino hubiera ido a Bolivia? ¿Sería hoy la misma persona?
Y que curioso, porque estuve a punto de no ir. Era principios de Julio y Bas y yo estábamos en Guaso. Yo quería hacer mi proyecto sobre una restauración en Guaso y habíamos ido allí a ver si yo me inspiraba. De repente sonó el teléfono:
“ ¿Vanesa?”
“Sí, soy yo.”
“Le llamo de la Agencia de Cooperación Internacional. Es usted la suplente para ir a Tarija. El titular ha renunciado a la plaza. Le llamo para ofrecérsela a usted.”
“…” (Me quedé absolutamente anonadada)
“Necesito que me confirme si desea o no tomar la plaza porque el avión es para el día 16 de Julio”
“Pero eso, eso es en menos de una semana”
“Precisamente”
¿Os imagináis el momento? ¡Qué felicidad y a la vez que desconcierto! Huelga decir que acepté la plaza y como he dicho, me cambió la vida.
¿Os imagináis ahora con lo que me he encontrado hoy? Cuando abrí el documento vi por primera vez el titular de aquella plaza que recogí tan felizmente: “Juan Peña Llopis”. Él era el titular. Pero, ¿no era el él chico que se sentaba delante de mí en sexto? Eso me he preguntado. ¿Por qué no querría ir? Me he preguntado, y me han dado unas ganas inmensas de saberlo. Y también he pensado que Juan Peña, igual que yo, tendría un gran interés en el medio ambiente y las personas, en sostenibilidad, en justicia, y todo eso de lo que siempre hablo aburriendo a todo el mundo…
Y cuando he puesto su nombre en google pera enterarme de quien era este chico y por qué me sonaba tanto, un chico con él que- estoy segura- mi vida se ha cruzado y entre-cruzado muchas veces, me he encontrado con que había muerto, en diciembre. Y cuando he mirado su foto he pensado que le conocía de toda la vida y me han dado ganas de llorar.
Y luego aún me ha dado pena cuando he pensado en todos esos que había conocido a Juan y lo han perdido de verdad.

1 comments:

Sr. Editor dijo...

Tienes que añadir alguna etiqueta más a esta entrada, no sólo la de ciencia...Besos chelaos desde el Pirineo