Hannibal no tiene razon

Por qué Hannibal no tenía razón…
Es curios over como hasta la gente más pacífica puede llegar a identificarse con la personalidad de Hannibal el Caníbal, en su gesta por destruir a aquellos cuya existencia insulta su sensibilidad. Por ejemplo Hannibal mata a un músico en la una orquesta filarmónica porque desafinaba y en su gesta consigue mejorar considerablemente el sonido de dicha orquesta. Por ejemplo recordar que en su película Hannibal el hombre rico que odia Hannibal porque le había hecho desfigurarse la cara, es más odioso que el mismo Hannibal, tan odioso que su propio enfermero lo arroja a unos cerdos asesinos. Y a uno casi se le hincha la venilla: “Sí, sí, muerte al odioso”.
La película que más me a inquietado sobre este tema ha sido Dogville. Dogville es una de esas pesadillas escritas por el Danés Lars Von Trier e interpretada en este caso por Nicole Kidman en la que es en mi opinión su mejor intepretación (entre muchas sublimes interpretaciones) hasta la fecha. Sin dar muchos detalles que desguacen la película, lo realmente impresionante es que al final deseas la muerte de casi todos los personajes, precisamente de aquellos personajes que se presentan como amigables, y la presencia de mafiosos para matar a la gente que es simple y cutremente odiosa es casi indispensable. Pero como esta, tantas otras películas en las que el vengador de las buenas formas tiene que matar a seres que son simplemente odiosos (desde el Zorro hasta V de Vendetta) y al final de la película uno sale del cine con la sensación de haber visto como tiene que hacerse justicia en aquellos casos en el que algunos seres humanos son tan odiosos que el mundo debe parecernos mejor sin ellos.
Eso por ejemplo debió haberle parecido a aquellos que ordenaron la muerte televisada de Sadam (y no hace mucho de otros tantos, como por ejemplo Ceaucescu y su familia). Parece que con la muerte de Sadam se quiera recompensar a aquellos que lo sufrieron, y sin embargo muchos de los que lo sufrieron pueden estar bajo la misma opresión ahora, con o sin Sadam.
Queda decir que parece que a un alto grupo social la muerte de estos asesinos haya satisfecho una cierta represión colectiva, y parezca que con la muerte se satisfaga su necesidad de limpiar el mundo de seres absolutamente nefastos y horribles.
Esto, en mi opinión, es un error terrible. La muerte de nadie ayuda a nadie a otra cosa que a incrementar el poder y la opresión. Yo desconfiaría de un líder que se apoyara en la muerte para llegar al poder (casi desconfiaría de cualquier líder directamente, pero de uno así más). La muerte de otra persona no es una opción viable.
Y no digo, como las películas que he mencionado demuestran, que no haya lugares recónditos en nuestra alma que no disfruten un cierto placer sádico con la muerte de aquellos que consideramos ‘no personas’ o por lo menos, no ‘lo suficientemente persona’ para compartir el mundo con nosotros. Pero esos sentimientos no demuestran que la venganza sea una opción plausible, en particular cuando lo que te molesta a tí puede ser una niñería para otros y lo que es una niñería para tí molesta a otros. No me confundáis, no digo que lo de Sadam fueran niñerías (eran crímenes horribles). Lo que digo es que los crímenes que merecen la muerte la merecen sólo desde determinados puntos de vista. Por ejemplo, Hanibal pensaba que un músico debía morir por desafinar. Si empezamos a poner límites sobre que merece o no la muerte de repente encontramos demasiadas excusas para matar a la gente (nos osbran los ejemplos en 40 años de dictadura). Una vez que se empieza a matar no se para: por eso es mejor no empezar. La muerte no compensará jamás por ninguna muerte.
Lo que me lleva a otra película, esta vez maravillosa, ‘La Muerte y la Doncella’ en la que Sigourney Weaber, víctima de un régimen opresivo en Sudamérica confronta a su torturados diez años después y sabiendo que nunca será condenado, se debate si matarlo o no. La película nos muestra como la generosidad del alma humana va mucho más allá de la muerte.
Bueno, esto es solo por comenzar el debate: que no me alegre de la existencia de seres horribles como Sadam no significa que quiera su muerte. El mundo no es mejor tras su muerte; si acaso aún más revuelto.

8 comments:

Sr. Editor dijo...

Estoy de acuerdo Vane pero me gustaría introducir un elemento nuevo, que no mencionas, y que me haría dudar. Quizás la pena de muerte pueda servir como aviso de castigo para determinados criminales. Es cuestionable pero, tú crees que, por ejemplo, los hijoputas de la ETA matarían hoy en día si supieran que si los trincan los cuelgan. Creo que el número de fanáticos se reduciría, tengo una teoría para eso pero no la expondré ahora.Aún así, dudaría de la eficacia de la pena de muerte como solución de seguridad, que sería su única posibilidad.

En cuanto a su discusión filosófica humanista, jeje, está claro que tienes razón aunque...¿has pensado qué harías en un caso extremo y real?. Quiero decir, si trincaran al violador de tus dos hijas de 13 y 14 años y que además de dejar embarazada a la mayor le ha pegao el sida y degolló a la peque...y existiera la posibilidad de mandarlo al paredón...¿no lo harías?. Creo que, en mi caso al menos,nunca lo sabremos, ¿no?.

Anónimo dijo...

No es lo mismo matar de rabia en un calenton cuando te suben los nervios por los brazos y no los puedes controlar, que matar a laguien de modo planeado, poner una fecha prepararlo todo y hacerlo.
Por ejemplo, no es lo mismo una pelea a cuchilladas que la muerte planeada del Alcalde de Fago. En eso de la premeditacion hay algo muy siniestro.

Rubiales dijo...

Cien por cien de acuerdo contigo, Vane. Pero cien por cien...
Y siguiendo con tu manifiesto cinéfilo, os recomiento (sobre todo a los que se le pasa por un segundo la legitimidad de la muerte como castigo) Bailando en la oscuridad (Dancer in the Dark) también del genial Lars Von Trier...

cheroquee dijo...

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cheroquee dijo...

curiosa y sorprendentemente, acabo de ver "La muerte y la doncella" hace escasos minutos.-
Me parece muy correcto el planteamiento de tu comentario y no puedo por menos que estar totalmente de acuerdo con el, aunque, a riesgo de ser politicamente incorrecto, la imagen de Hannibal cargandose al musico que desafina, me parece bastante sugerente, aunque ¿quien entiende de música para saber quien desafina?.- pero el mundo suena mal, muy mal
no puedo de dejar pasar la ocasión de explicarle al amigo Checho, que la pena de muerte ni ha prevenido ni ha disminuido la violencia.-
En unos casos por que el delincuente se cree inmune, por lo que cree que jamás lo pillarán y en otros casos ya dan su vida por perdida, por lo que poco les importa la pena de muerte.- Veanse si no los porcentajes de delincuencia en Yanquilandia y se verá lo que influye la pena de muerte en el tema de la seguridad.- Creo que influye más el libre comercio de armas, aunque no se...
Tienes razon Checho, por una vez te la daré, nadie sabe que le haría un padre al violador, asesino, y contagiador de sida de sus hijas.- Quiza haría lo mismo que haria un pobre desgraciado que le roban su tierra, le destruyen su casa, le quitan su trabajo, y de paso la posibilidad de llevar a sus hijos a la escuela o al hospital, de darles un futuro.- Quiza si no tiene otra posibilidad se ate un cinturos explosivo a la cintura y se vaya contra una patrulla israeli, o quiza les tire piedras...- Checho, no quieras moler con todas las aguas, que noooo¡¡¡¡
Ah, y hablando del Sadam, que algunos pueden ver justo su juicio y ejecucion, y no diré yo lo contrario, pero para cuando es el juicio del Bush?
Salud.-

Sr. Editor dijo...

Jejejeje, que obsesión.

A ver cheroquee, ¿moler con todas las aguas?. No sé por qué dices eso, ya prejuicias, como no escondo mis ideas políticas y las conoces ya predeterminas que mi opinión en este caso es la que es porque soy lo que soy. Error.

Yo sólo hago una pregunta, de manera sincera. Tú haces las comparaciones. Además, nunca he dicho que hacer o no hacer sea lo correcto, nunca justificaré una muerte, no sé tú, me das a entender que sí.

Lo de que la pena de muerte ni ha prevenido ni ha disminuido es muy discutible y sin estudio del tema sólo damos opiniones, así que no entraré en si N.Y. es más seguro que Teherán o L.A. más seguro que Bangkok. Pero lo que sí te digo es que es una verdad como una catedral que los sistemas totalitarios lo son porque la pena de muerte, administrada arbitrariamente o no, es una realidad y en ellos no diré que nadie se menea pero, lo hacen pocos y sabiendo que se juegan la vida. Es perverso pero es así, si te pillan te cortan el cuello y eso frena al personal. En una democracia, donde la pena de muerte esté reglada legalmente, se busca ese efecto, que se consiga o no es otra historia.

No seré yo un defensor de la pena de muerte, sólo he planteado que pueda existir otra posibilidad al no. Yo, esté o no deacuerdo, digo que la puedo entender, no que me parezca bien o mal y comparar eso con quien, dices, les han quitado las tierras y tal y tal, pues no lo entiendo. Es justificar al terrorismo, tan simple como eso.

Anónimo dijo...

checho, yo he estado hablando con chavales de Jarrai/Segui, y tienen bastante claro que meterse en ETA es para siempre, que lo probable es acabar toda la vida en carcel. Al final, el fanatismo alcanza tal grado que el lado preventivo de la pena de muerte se torna en sentimiento de santificación

Sr. Editor dijo...

No estoy de acuerdo j.k., porque entonces todos los hijos de puta de Jarrai acabaráin en la ETA, bueno ya lo son pero, ¿por qué no son militantes armados?. Pues por lo que digo, porque todos esos gudaris tan valientes se cagan en los pantalones cuando los trincan y además, viven muy bien como jarraichus.

Si tiroteo a uno se me acabó el chollo de vivir del cuento, del rollo libertario, soZialista y todo eso. Claro que es efectivo lo de 20 años de carcel...y si fueran 40, mejor, y si fuera perpetua ya veríamos cuantos gudaris habría...a eso me refiero.

Una cosa es la teoria, la ideologia en el frontón, y otra la realidad, tener los huevos o estar tan loco de empuñar las armas, si no lo hacen es por el miedo a la cárcel o a una bala de las FF.CC., o qué te crees.
Saludos.