Pánico (a una muerte ridícula)

Os preguntaréis que ha motivado este largo silencio después de mi entusiasta regreso de Egipto… yo venía dispuesta a llenar mi blog de historia Antigua y de fotos, pero una serie de eventos han truncado esto…

El principal evento fue el atraco del que fui objeto el otro día. Volvía de Londres, a eso de las doce con una amiga que vive al lado de mi casa. A unos doscientos metros de mi casa, detrás de la calle principal de Guildford, vemos de repente un coche aparcado: todo normal porque es una calle con mucha animación. El coche es completamente nuevo, bastante guay, Ford creo, y hay un chico dentro, sentado en el asiento del conductor, y un chico fuera muy guapo y bien vestido (por lo que la situación nocturna permite observar). Manu y yo íbamos bien vestidas, porque habíamos ido a un concierto a Londres (yo llevaba hasta tacones). De repente uno de los chicos se vuelve así como sonriendo, y yo gilipollas de mí me creo que esta ligando, pero ellos llevan una charla muy animada así que pasamos al lado de ellos, y cuando me doy cuenta siento un tirón en el hombro...

Al principio no supe que pasaba. Me pareció que se me echaban encima, que me querían hacer algo peor. Mi primera inclinación fue la posición de defensa del karate, con las piernas muy tensas, y gritar como una loca. Me volví hacia el tío con el corazón en un puño y le ví con mi bolso: sólo entonces comprendí que estaba pasando. Pero entonces oí como mi bolso se rompía y me dí cuenta que no les importaba lo que pasara. Yo pensé que alguien vendría y nos ayudaría, así que seguí gritando, sin parar, con todo mi corazón. Nadie vino, pero los atracadores se asustaron también y el chico que tenía mi bolso lo soltó, saltó en el coche y se fueron a toda leche.

Después de eso corrimos a casa, pero nos pareció volver a ver el coche, como si nos estuviera siguiendo. Esa mañana había sacado dinero del banco y estaba convencida de que me habían seguido desde allí. Después de una hora sentada en la cama, acojonada, por fin tuve fuerzas para llamar a la policía. Después de una charla por teléfono, decidieron venir a tomarme declaración al día siguiente.

No fui capaz de ir a trabajar, ni siquiera de salir de casa. Vino una chica por la mañana, extremadamente amable y muy consoladora. ¡Me hizo reir y todo! Yo le farfullé un montón de palabras, suposiciones y descripciones inconexas, y ella lo tradujo todo en un resumen que tenía bastante sentido. Cuando se fue me sentí mejor.

Pero ahora, no me siento bien. Tengo mucho miedo. Tengo miedo de cualquier desconocido. Lo que más miedo me da es que no lo ví venir. Podría haber acurrido cualquier cosa... yo no lo ví venir. Y ahora miro coches azules, oigo el sonido de un coche arrancando, veo a un chico joven de pelo rapado y todo mi cuerdo se deshace en temblores... ¿qué me pasa? ¡Yo nunca he sido así!

Me he comprado un coche, el Gorililla, y ahora voy con él a todas partes, como una pringada.
Una vez que te atrapa el miedo no hay forma de quitarselo...
¿Consejos?

2 comments:

Anónimo dijo...

hala vane, que vas a ser tu, como esos pobres yankees, obsesionados por la seguridad, como esos pobres pasajeros de avion, que por una "seguridad", permiten que les registren hasta el agujero del culo y no poder subir al avion con una botella de agua?.- no puede ser, tu siempre has sido valieente, acuerdate de Bolivia, quiza te pases todo el dia encerrada y última hora de la tarde, preparando la cena, te caiga una perola en la cabeza y te deja allí.- no se que mas decirte, pero lo que si se es que no vale la pena vivir siempre obsesionado con que te va a pasar algo, si acaso la próxima vez no opongas ninguna resistencia y dales el bolso.- bueno, que yo que sé....
besosssss

Sr. Editor dijo...

Joer, bueno Vane, tranki, mi consejo es que mantegas atención, que te adelantes a la posible situación. Prevenir antes de curar, nada más, pero sin histerias.