Entendiendo al Homo minusapiens pretenciosis

El mundillo de la academia
Ayer tuve una cena muy interesante en sustitución a la cena a la que no pude ir el día anterior... la verdad que estuvo guay, en particular porque estuvimos hablando de algunas cosas muy interesantes. Algunas de ellas, las típicas cosas graciosisímas de los ingleses (mi amiga Manu ya está de vuelta de Italia y sus observaciones son descojonantes). Ayer, por ejemplo, mi amiga nos contó que había ido a una presentación sobre cultura china; aunque la charla parecía interesante, la presentación fue aburrida hasta el extremo. La chica que presentaba no hacía ningún esfuerzo por ser entendida y la presentación parecía durar horas y horas y nunca tener fin. Todo el mundo estaba aburridísimo. Después de 45 minutos de rollo infinito la charla por fin acabó, con uno de esos finales extraños, cuando el que presenta se queda en silencio y la audiencia, medio dormida, no se entera que tiene que entrar con los aplausos hasta que una vocecilla, normalmente el supervisor (la única persona que puede seguir la presentación) carraspea salvajemente despertando al personal y la sala se sumerge en una oleada de aplausos malentendidos. En este caso, cuando por fin el eco de los aplausos se disolvió en la frialdad de la sala, la organizadora del evento se levantó para agredecer la charla con las siguientes palabras “Querida amiga, muchas gracias pro habernos ofrecido esta presentación tan fascinante”. Y ahí viene la indignación: ¿por qué fascinante? ¿No había sido un rollo aburridísimo? Fascinante es algo que te hipnotiza, que te captura la imaginación y te la devuelve completamente differente. ¿Por qué decir que una presentación aburrida es fascinante? Decir que la presentación ha sido agradable sería exagerado, pero llamarla fascinante implica reírse en la cara de quien ha hecho la presentación. ¿Por qué adular, siempre con una sonrisa de esas en las que los ojos no acompañan a la boca? ¿No es mejor confrontar la dura realidad? Bueno, pues eso es a lo que algunos nos enfrentamos cada día, a esta constante pantomima, a tener que escuchar cumplidos pronunciados por una boca arrugada como si a su dueño le estuvieran insertando un supositorio en ese mismo momento. Ni que decir tiene que esta anécdota no pasa de ser eso, y que hay mil millones de honrosas excepciones; pero de todas formas la moraleja ahí queda: prefiero una crítica negativa que un cumplido a regañadientes.
Pero la conversación (la de ayer en la cena) continuó por derroteros más interesantes. En particular, en cierto momento nos interesamos, con gran alegría por mi parte, por la diferencia entre las ciencias sociales y naturales y sobre que merece nuestro interés investigador. Como yo soy una ferviente creyente en las ciencias sociales paso de ponerme a explicar por qué es importante entender el por qué y el como de la investigación, o por qué es importante estar al día de las corrientes filósóficas que han intentado explicar las limitaciones y desventuras a las que se enfrenta en conocimiento humano.
Esta discusión me ha llevado ha elaborar la siguiente “clase magistral” sobre las diferentes especies que pueblan el ecosistema académico. En particular me refiero a la existencia de dos species: El Homo supersapiens inintelegibilis y el Homo minussapiens pretenciosis. Para mejor comprensión, el texto puede leerse imitando el acento de Félix Rodríguez de la Fuente.
El Homo supersapiens ininteligibilis es un animal de apariencia temeraria e impulso tempestuoso. Su habitat consiste en las oficinas de estudiantes de doctorado, conferencias organizadas a nivel local y demás localizaciones donde se discutan temas varios y elegidos aleatoriamente. La actividad principal de este animal intrépido es la lectura. Sus ojos se quedan atrapados en los libros ayudando al cerebro a memorizar frases, latinajos, nombres incomprensibles y números de página. Este concienzudo trabajo en su actividad diaria permite al Homo supersapiens enfrentarse a situaciones conflictivas. Cuando se siente atacado, el Homo supersapiens abre la boca y emite sonidos inintelegibles entre los que solo se entienden fechas, páginas y palabras con los siguientes sufijos y prefijos: –ismo, –logia, -lógico, post- , meta-, mito-, para- etc (algunas veces las palabras solo contienen prefijos y sufijos, como mitoismo, paralogia o metalógico). El contrincante del Homo supersapiens huirá espantado por semejante poderío, pero nunca del todo convencido por los confusos argumentos de este animal. Como consecuencia de su instincto agresivo el Homo supersapiens se verá abocado a una vida solitaria en la que solo se podrá comprender a sí mismo y abandonándose a una eterna lectura que incrementará su agresividad.
El Homo minussapiens pretenciosis es en apariencia muy similar al Homo supersapiens. Sólo un cuidadoso análisis etológico nos permitirá analizar las diferencias esenciales entre estos dos seres. En situación de conflicto, el Homo mimussapiens usará las mismas herramientas que el Homo supersapiens, abrumando a su contrincante en un torrente de palabras sin sentido. Sin embargo, su habilidad en el uso de esta arma arrojadiza no corresponde al delicado y concienzudo estudio del Homo supersapiens. En lugar de ello, el Homo minusapiens recoge su conocimiento por medio de un hábil y somero análisis del lenguage de los Homos supersapiens, memorizando solamente aquellas palabras que producen un mayor efecto sobre su contrincante. La charla del Homo minussapiens es todavía más complicada que la del Homo supersapiens, aunque a veces son imposibles de diferenciar. Si bien es cierto que es muy difícil differenciar las dos especies, aquí tenéis algunas pistas que no dejan lugar a dudas:
1. El conocimiento del Homo supersapiens es bastante completo; en la soledad de un encuentro no conflictivo, el Homo supersapiens es capaz de tener una conversación normal sobre temas de cultura general. El Homo minussapiens, por contra, es un botarate que no puede hablar de nada fuera de su propio tema de investigación.
2. Como corolario de lo anterior, el Homo Supersapiens es capaz de hablar con palabras de menos de tres sílabas. El Homo minussapiens no.
3. Si ambos especímenes se encuentran haciendo un proyecto de doctorado, es muy fácil diferenciarlos: el Homo supersapiens pasará el máximo tiempo posible haciendo un trabajo concienzudo. El Homo minusapiens pasará el menos tiempo posible haciéndolo y se aprovechará de materiales recogidos de la biblioteca o en los servicios. Una vez acabados ambos trabajos, será imposible diferenciarlos de nuevo: ambos trabajos serán inintilegibles.
4. Curiosamente, será el Homo minusapiens el que consiga accesso a posiciones de liderazgo dentro de la manada y no el Homo supersapiens. Esto es debido a que el Homo supersapiens necesita mucho tiempo para la elaboración de palabrajos, mientras que el Homo minusapiens, que simplemente las copia, tiene tiempo para desarrollar habilidades políticas que le permiten subir en la escala con más rapidez.
5. Si en una discusión dialecta el sujeto aplasta a su contrincante hasta que el otro suplica clemencia, sin ofrecer ninguna puerta al entendimiento, entonces no hay duda alguna: se trata de un Homo minusapiens.

EJERCICIO 1: Busca un ejemplo de alguien que conozcas que pertenezca a este mundillo, preferiblemente en las ciencias sociales (pista: por ejemplo alguien que esté haciendo el doctorado). ¿A qué grupo dirías que pertenece? ¿Supersapiens ó minussapiens? ¿En qué te basas para llegar a esa conclusión?

EJERCICIO 2: Piensa tres o cuatro palabras raras que el Homo minusapiens o el Homo supersapiens usen frecuentemente. Ahora intenta hacer tres o cuatro frases con dichas palabras, simplemente invirtiendo el orden aleatoriamente. Intenta no usar monosílabos, particularmente artículos o conjunciones. La práctica de este ejercicio permite alcanzar un conocimiento razonable del lenguage de estos especímenes.

2 comments:

Anónimo dijo...

espero que te hayas elegido una buena pélicula o divertida para distraerte un poco, yo vi ayer "el mercader de Venecia" y me gusto mucho y me despejo la cabeza. Aqui los dias siguen tristes y parece que termino el verano,y sin llover, se te encuentra mucha falta. El proximo año las vacas en agosto. Besos

Rubiales dijo...

Juas, juas
Si, si buena descripcion de los individuos, si senor... pero tambien es verdad que existen especimenes mestos, bfff, demasiado dificil reconocer esos hibridos!!!
Me alegra que le vuelvas a dar cera al blog, que estaba apagadillo ultimamente!
Besos desde el Oriente