Blagaj

Bueno, bueno, bueno, volvemos a UK, a la rutina, a la censura de e-mails, a las caras largas, a los “no-te-saludo-porque-no-me-da-la-gana” y otras torturas a las que me someten los habitantes de estas húmedas islas… Ni que decir tiene que yo no me facilito la situación a mi misma: hoy mismo llego a hablar con unos amigos y les he dicho: “el modulo do Fulano fue una mierda" Pero, ¿quién estaba justo detrás de mí? Sí, compañeros, lo habéis adivinado: Fulano en persona. Así que no me digáis que me queje porque ni eso puedo sin meter la gamba! Las buenas noticias es que en un par de fines de semana me vuelvo tres días por las Españas, a decir hola y de vuelta claro, pero algo es algo.
Andaba yo preocupada porque se me han acumulado las historias que tengo que contaros sobre Bosnia, y bueno, tendré que empezar por algún sitio… es que ha sido tanto ocurriendo en tan poco tiempo… he pensado que bien puedo empezar a hablaros de el lugar que visité durante mi último día en Bosnia, BLAGAJ.

La web municipal es http://www.blagaj.org/

Blagaj es un pueblecito cerca de Mostar, rodeado de colinas de vegetación mediterránea. En Mostar, la fruta local es la Granada, y las colinas de Blagaj están sembradas de granados, rojos como el fuego sobre la piedra gris. Cuando te acercas a Blagaj con el autobús uno se siente como si te acercaras a Santa Cilia, o un pueblo así, de casas blancas dispersadas a lo largo de la carretera, aunque con diferencias, porque en Blagaj hay mezquitas y iglesias destruidas que te recuerdan lo lejos que estás de casa...
Blagaj es famosísimo por su río, el río Buna, que nace en una de las colinas de Blagaj. El Buna nace de una caverna caliza horadada por el agua, de una gigantesca cueva cárstica que constituye uno de los nacimientos de río más grandes e impresionantes de toda Europa. Junto al nacimiento hay varios puentes, y sentada en uno de ellos me quede absorta escuchando y mirando el agua cristalina, hasta que un par de turistas me hicieron mover para hacerse una foto.
Hay veces que el hombre mira a la naturaleza, se inspira en ella, y la caga, construyendo junto a ella una de las grandes cagadas humanas (piénsese, por ejemplo, en Torreciudad u otros engendros semejantes). En Blagaj, sin embargo, un Visir turco miró al nacimiento del Buna e inspirado por la carga de energía mística del lugar, construyó el monasterio. Un monasterio que hace el lugar aún más maravilloso de lo que ya era.
El monasterio de denomina “Tekija” (pronúnciese Tekiya), que creo que es como se llaman todos los monasterios del culto Dervish.

Como yo no sabía lo que era el culto Dervish lo he mirado en Wikipedia:
“Dervish se refiere a miembros de las fraternidades musulmanes ascéticas SUFI, conocidos por su extrema pobreza y austeridad” (ah esto explica por qué el resultado es una preciosa Tekija y no una horrible Torreciudad.
El Sufismo es una corriente musulmana cuyo concepto central es el Amor. Los Sufis piensan que Dios que el deseo de Dios es reconocerse a sí mismo en cosas hermosas, y para ello se mira a sí mismo en la naturaleza. De hecho los Sufis encuentran a Dios (la esencia del ser, la verdad) en todas las cosas, vamos, que cada aspecto de la realidad es parte de la verdad y de la mentira al mismo tiempo... Y como todo es una sola cosa mirar a la realidad a través de dicotomías (por ejemplo mujer/hombre; naturaleza/sociedad; verdad/mentira) nos da una versión distorsionada de lo que la realidad (unidad) es. O esto es de lo que me he enterado en la Wikipedia...
Ya, lo siento, lo siento, me he empalmado un poco con la teologia… solo era para que explicaros lo importante que es para este monasterio estar en un sitio tan maravilloso donde los monjes pasaban años de estudio y discusión... ahora, afortunadamente para los paletos como yo, la Tekija esta abierta al turista de a pie, y los monjes solo la visitan los Jueves por la tarde.

Vane disfrazada de muslimana

No os creáis que por muy austeros que fueran los monjes, no se pueda disfrutar de ciertos placeres en la Tekija. Por ejemplo, os he hablado del café Bosnio. Bueno, uno de los cafés más fantásticos fue el que me tomé en la Tekija, acompañado de un delicioso dulce hecho con nueces. El frío del agua a mis espaldas, el rugir de la caverna y el aire místico y misterioso de la Tekija hicieron de este café un momento inolvidable….

Y, para placeres, ¿por qué no probar las maravillosas truchas del río Buna? Mi amigo Semir diría: “Por que son el producto de un desastre ecológico y además la piscifactoría es de una empresa noruega, así que aquí nos esquilman las truchas y encima no nos dejan ni el tute..." (En realidad, Semir, que es un hombre de mundo, es bastante más diplomático que yo… pero os hacéis una idea). En fin, a mí Semir no me convenció lo suficiente y aquí tenéis la prueba, las dos fantásticas truchas Bunesas que me metí entre pecho y espalda…

3 comments:

Anónimo dijo...

YO TERO IIIIIIRRRRRRR¡¡¡¡¡¡¡

Anónimo dijo...

che said,

los chiitas o chiíes o chiís y los sunitas o suníies o sunís(no sé cual es la forma correcta) son los q están siempre a hostia limpia, matándose entre ellos, matando judíos y esparciendo mierda por el mundo. Los sufís o sufitas o sufíes, jeje, son los q están por Turquía, norte de Egipto, y demás cuenca mediterranea, los derviches son sufís q danzan el sirocco y esas cosas con las q entran en trance, místico y religioso. Bueno...eso nos contaron en Egipto. Besitos...

Anónimo dijo...

Que sitio mas precioso!Que ganas tenemos ya de que vengas, ya me ha dicho tu madre que el dia 7 de mayo, entonces nos lo contaras todo, no?
Besos