La verdad de la milanesa

Bueno, seria el futbol pero vaya viajecito lo que tendria despitados a los milaneses ayer, pero vamos, vaya viajecito que me dieron ayer... la verdad que fui de los pocos que supo mantener la compostura pero, como mi viejo amigo Lucio decia, la verdad de la milanesa es que estos italianos son un desastre...
Mi viaje comenzó a eso de las seis de la mañana en Mostar después de una increíble noche de fiesta que me había dejado hecha un trapito, irresoluble con dos horas de sueño... Como imaginaréis fui incapaz de meterme nada entre pecho y espalda y me lancé al tren que me llevaría a Sarajevo. Nada más llegar me encontré con el americano que había conocido el dia anterior en Blagaj (Blagaj ha sido lo mejor de Bosnia, pero merece un capítulo aparte). En fin, el americano este, un hombre enorme, barrigón y mostachudo de Boooustuon, cuya aburrida vida de abogado mercantil se compensa con viajes esporadicos tras sus raices Europeas en Polonia y los balcanes. Digamos que era un poco coñazo pero no del todo una mala opción para conseguir no dormirme antes de que llegara el tren. No tardo mucho hasta que conocimos a dos chavales de Southampton viajando en interrail. Allí estábamos charlando cuando llegó el tren y antes de darnos cuenta estábamos en el pasillo el americano, los de Southampton, un soldado bosnio profesor de inglés, un agricultor que solo hablaba bosnio y su sobrino de 130 kilos, charlando y charlando sobre la vida y la muerte de nuestros paises. Yo les conte la historia de la guerra de la Independencia y les encanto. Como siempre, la mitad de Mostar tiene abuelos que lucharon en las brigadas internacionales durante la guerra civil. Los más coñazo, el americano y los de Southampton, que no dejeban de hablar de precios de hoteles y de maneras de conseguir viajar más barato. El viaje en tren de Mostar a Sarajevo es una maravilla: su diseño y sus más de cien túneles fueron construidos hace casi un siglo por la corona Austro-Húngara en el corto periodo de tiempo en que los archiduques controlaban toda bosnia, tras el declive del imperio Otomano. Los austriacos querían conquistar los corazones Mostareños por medio de la industrialización, y una vía de tren fue la receta para conquistar la fe que no se habia podido conquistar por la fuerza. El tren recorre valles cerrados en los que la arquitectura tradicional bosnia dibuja casas de inspiración tirolesa afeadas por las bombas y la pobreza.
Sarajevo llegó hasta mí tristemente, porque en Sarajevo había de tomar el avión desde el que diría adiós a los balcanes durante una larga temporada. Al llegar a Sarajevo el agricultor y su sobrino, con el que me empezaba a entender con bosnio rudimentario, me ayudaron a conseguir el precio nunca soñado por un taxi: 15 KM (7,5 €). Pero todo fue tan rápido que de repente estaba en el aeropuerto, con el estómago vacío. Y allí, comiéndome una asquerosa ensaladilla rusa de aeropuerto me dí cuenta de lo mucho que dejaba atrás.
El problema de ir a un aeropuerto es que nunca sabes cuanto tiempo vas a pasar allí... y en un aeropuerto la comida es horrible, las tiendas cutres y pretenciosas y la gente parece estar harte de vivir. Todo esto no fue tan evidente en Sarajevo como en Milán... Y es que en Milán tuve muchas horas para comprobar lo horribles que son los aeropuertos... exactamente 8 horas de espera.
La cosa es que hubo un fallo en nuestro avión; primero intentaron repararlo pero no fue posible. Después lo cambiaron por otro, un avión de los que hacen vuelos transcontinentales, pero una vez cambiado el avión se necesita una tripulación, y la tripulación original ya había hecho demasiadas horas de vuelo. ¡Para subirse a los nervios de cualquiera!
Pero, ¿por qué quejarse? Nadie en Alitalia tiene la culpa de que el avión se estropee, ¿no? Pero allí había entre todos los pasajeros un español al que el corazón parecía querer salírsele del pecho:
“Queremos, demandamos, una explicación- decía el pobre hombre- esto es un escándalo y no se puede consentir”- de repente me di cuenta de que todos los españoles hablamos siempre así.
El hombre gritaba y gritaba y la pobre mujer que nos atendía no podía hacer nada.
“ ¡Qué venga tu supervisor!”- gritaba el hombre. Y el supervisor vino. Y obviamente no pudo hacer nada. El vuelo estaba retrasado, y retrasado estaba.
Alguien habla de tickets para la cafetería, así que voy al mostrador y le pido uno a la chica, pobre, desesperada. Se puso muy contenta de que alguien le sonriera la verdad, y me dio el ticket. Un menu de cafeteria: una pizza, una cocacola y una ensalada en un plástico. Una mierda, vamos. Pero algo es más que nada. Y cuando cojo el ticket el español me empieza a gritar: “ ¡Nos estan sobornando! ¡Nos dan comida para que no nos quejemos!”
“Tranquilo, le digo, todos tenemos derecho a un ticket”
“Si pero lo que tenemos que hacer es demandar nuestros derechos. Yo he pagado un ticket y tengo mis derechos”- yo la verdad no se que tienen que ver demandar mis derechos con coger un ticket para la cafeteria, que, bueno o malo es mi derecho, también. Le dije:
“Bueno, yo no se tú, pero yo quiero sobrevivir este viaje”
Luego en la cafetería me cabreé un poco con lo que me había dicho. Lo que más me jodió es cuando dijo que había pagado un ticket. Como si los derechos fueran una cosa que se paga con dinero. Creo que eso es una de las cosas horribles que hacemos en nuestra vida: pagar por derechos. No tenemos seguridad, nos la pagamos. No tenemos vivienda, nos la pagamos. La compañía no nos trata con respeto, le pagamos el respeto. Necesitamos respeto porque pagamos.
Ahora, si viajas con Ryanair no pagas, entonces de respeto nada. Sin querer decir que Ryanair tenga mucho de bueno, comparando los viajes que yo he hecho, estadísticamente Ryanair es mucho mejor que Alitalia (4 viajes en Alitalia= un día de desesperacion; decenas de viajes con Ryanair= Una cancelación con retorno del dinero)
En fin, después de este Periplo, llegué a Farnham a las mil, agotada, y triste. Os podéis imaginar mi retorno a la oficina hoy...

3 comments:

Anónimo dijo...

pobreeeeeeeeeeeee!!!!!!!!!! no t preocupes x el retorno a tu oficina, otras hemos de estar casi todos los días, y tú has tenido muchas aventuras q lo recompensan, osea q mucho ánimo. besicos

Anónimo dijo...

animo vane que tienes muchos recuerdos para paladear en los largos y grises dias de England.-
y desde luego los cerriles que exigen los derechos que se han comprado, estan por todas partes, pero ya estamos acostumbrados a soportarlos.- besos

Anónimo dijo...

Che said,

jejejejejeje, ese es mi día a día, jejejeje, mis derechos!!!!!! gritan, jejejejejeje, así me comprenderás un poco más, jejejejeje...kisses, a ver cuando nos vemos joer.