La forja de una sauna warrior
Estoy un poco tristilla porque Bas se fue el lunes a Nigeria. Ayer me llamó que estaba bien: con las prisas se le olvido avisar que llegaba y me dejó en el aeropuerto temblando pensando que nadie le iría a buscar al tenebroso aeropuerto de Lagos. Ayer me llamó para decirme lo bien que se lo había pasado durante las vacaciones, especialmente cuando fuimos a Austria.
La verdad es que la semana en Austria fue bastante pintoresca. Llegamos a Soll, un pequeño pueblecito tirolés, donde los padres de Bas habían alquilado una casita que por fuera parecía la casa de Heidi y por dentro la casa de David el Gnomo. Como Bas tiene vértigo ya me avisó de que pasaba de esquiar... en lugar de eso nos alquilamos esquí de fondo y nos recorrimos toda la zona esquiando en los valles (unos veinte kilómetros cada día) y lo que es mejor, degustando la comida regional en pequeños restaurantes locales a los que solo se podía llegar esquiando fuera de las pistas. Un placer absoluto. Para que os hagáis una idea:
La pista de esqui de fondo
La otra cosa que le encantó a Bas en Austria fue la sauna. Bueno, ninguno de los dos habíamos estado en una sauna antes, en una sauna propiamente dicha, aunque yo, tras mi experiencia finlandesa soy una experta. El caso es que fuimos a esta sauna, con piscina climatizada, piscina de agua caliente en el exterior etc… y con la entrada venía incluida la sauna. A mí me hacía ilusión, pero nada más abrir la puerta nos encontramos diez hombres jugando a las cartas en una mesa... en pelotas. De hecho no se puede usar el bañador en la sauna. A mí lo del nudismo se me da bien (son muchos años ya enseñando culos en Cercito) pero Bas se puso de todos los colores, predominantemente rojo, y a riesgo de que me apareciera desmayado, decidimos irnos a los quince minutos.
Sin embargo, al día siguiente ya vi que algo se le removía a Bas por dentro. Yo le veía y sospechaba que tenía unas ganas inmensas de volver a la sauna… y así fue. Nada más dejar los esquís me dijo que fuéramos… y que iba preparado.
No me lo podía creer… ¡Bas desnudo delante de otros humanos! Yo creía que no lo iba a ver en mi vida, pero así fue. Me hizo esperar en la sauna grande y ahí nos metimos, veinte tíos en pelotas apretados en diez metros cuadrados con un calor impresionante y una humedad que me sudaba hasta el dedo gordo. El “maestro de ceremonias” se metió en la sauna con dos cubos, uno con nieve y otro con agua helada, que junto a diversas esencias iba echando sobre los carbones. Cada vez que echaba un cucharón de agua en las brasas yo sentía que se me quemaban las entrañas... y Bas me miraba cada minuto y me decía por lo bajini: “¿estás bien?”
Fue muy extraño, así, de momento. Pero no he dormido tan bien en mi vida como aquella noche. Ya os podéis imaginar mi alegría cuando vi la sauna en Finlandia… la “sauna warrior” me apodaron….
1 comments:
Gracias por tus mensajes
ahora más cortos,creo que Bas y tú os estais volviendo muy sibaritas,a quién le sienta mal un viaje por Austria con esas nieves y las saunas????
La verdad es que os los mereceis y mucho más pero no os mal acostumbreis.besos de una envidiosa
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