Dos paletillos perdidos en Ouidah
No os creáis que con tanto festival nos perdimos la vida diaria en Ouidah... recorrimos sus mercados, llenos de cosas Vodoun (especialmente animales disecados y calabazas), nos mezclamos entre la gente (aunque ni por un momento pasamos desapercibidos) y nos movimos de un lado para otro en las motocicletas que transportan a los lugareños. La verdad es que debíamos ser un poema, Bas y yo y el conductor montados en una moto, por esos caminos de arena de playa...
Una de las cosas mas divertidas que hicimos fue ir a ver un teatro local. El grupo teatral es un conocido grupo de Benin, y al día siguiente actuaban en Cotonou.
El teatro estaba en el museo municipal de Ouidah, el fuerte portugués. A la entrada había mucha gente intentando colarse por lo que el director del teatro se subió a una mesa con un látigo y empezó a pegar en todas las direcciones, con lo que una estampida de chicos salió corriendo.
Cuando las cosas se calmaron un poco nos acercamos a ver lo que pasaba, pero en cuanto vimos que era un teatro no pudimos resistirnos a la idea de disfrutar de una obra de teatro local.
¿Es en francés?- Pregunté a la taquillera.
“Oui, oui”- me dijo la cabrona: en aquel teatro no hablaba francés ni el apuntador, así que imaginaros inglés... Nos arriesgamos de todos modos.
Antes de entrar la taquillera nos dijo que por un dólar extra nos podíamos sentar en primera fila, en las mejores localidades. Pareció obvio no arriesgarse a sentarse en la última fila. Entramos tan campantes con nuestras entradas de “primera clase” y ¿lo adivináis? Fuimos los únicos en sentarnos en la primera fila...
O sea, que como no cantamos a guiris por soleares, encima nos ponemos en primera fila para que todo el mundo nos vea.
Así que nos sentamos allí, armados con palomitas y refrescos para hacer frente a la espera. Entramos a las nueve. El teatro en cuestión comenzó... a las doce. En medio de todo tuvimos un apagón de media hora, y Vanesilla se quedó dormida en el hombro de Bas.
Me despertaron los gritos del regidor: empezaba la obra. Lo primero de todo sale un tío al escenario y se pone a gritar en un lenguaje que ni sabía que era. Ni una palabra de francés... El tío debía ser chistoso porque la audiencia se partía de risa. El caso es que el tío, micrófono en mano, miraba hacia Bas y hacia mí y no dejaba de hablar y mover los ojos de arriba abajo. Y Bas y yo ahí, sentados solos en la primera fila, con todo lugareños de la segunda fila hasta el final, poníamos cara de póquer, como quien no quiere la cosa, tratando de adivinar que era lo que les hacia tanta gracia. ¿Lo sospecháis? Yo también lo sospecho, también, pero es que hay que ser peculiar, para ponerse a ver en la primera fila una obra de teatro de la que no entendemos ni una palabra. Nos lo tenemos merecido por ir de ricachones en primera clase.
Después de este episodio empezó la obra en sí, que constaba de sketches sobre las relaciones amorosas de los personajes más particulares que os podáis imaginar. Entre otros había un tipo que le tenia mucho miedo a las mujeres y se ponía unas bragas de hojalata y decía “Securite total!” en francés.
Lo que decían no lo entendí, pero me reí un puñao porque eran muy buenos actores, aunque la obra continuó de madrugada, y a eso de la una Bas y yo nos rendimos y nos fuimos a dormir.
(Creo que nos aplaudieron al dejar el teatro, pero como no se por que les resultamos tan graciosos, prefiero no pensarlo).
Un abrazo.
Vane
2 comments:
como se titula la obra? la proxima sera dos pardillos y un destino. ala y luego a los oscars.un beso lur
sublime, apoteósico, bestial,menudo cuadro...ésto nos lo contarás una noche d verano en Bailo, ya entradita la noche, descojone asegurado pa los restos.Un beso del Checho.
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