El sol de África

El día que cogí el avión para venir a África mis padres me llevaron a Barajas. Cuando me despedía de ellos, mi padre me dijo unas palabras, de esas que no se olvidan nunca por el lugar donde se han dicho: “El sol de África, no lo olvides, Vanesa, el sol de África es lo más hermoso que vas a ver jamás.”
Mi padre tenia razón. El sol de África es increíble, es un gran disco anaranjado que invade todo el cielo y siempre lo puedes mirar directamente ya que no deslumbra. Especialmente ahora, en esta estación, el Hamata, cuando el viento trae nubes de arena del Sahara cubriendo el cielo, emborronándolo todo. A veces el cielo esta nublado todo el día, pero hacia las seis llega el atardecer y entonces las nubes se abren descubriendo un sol asalmonado que juega al escondite entre las copas de los árboles del bosque. A veces, a esta hora, voy a dar un paseo por el lago y veo a las garzas y a las garcetas, con sus siluetas recortadas contra los nenúfares, y al Martín Pescador de color azul brillante, casi como un desafío a la belleza, y otros muchos pájaros tan sorprendentes como desconocidos para mí. En estos momentos casi me creo que esto es un paraíso.
Pero debo confesar que el lago, el sol, los pájaros, el bosque y todo lo demás no son mas que un espejismo. Nigeria no es esto. O tal vez, esto es una parte pequeñísima de Nigeria.
Vane
PS. Espero ser capaz de colgar fotos lo antes posible.