El puente sobre el Rio Quay
Vamos a decirlo claro: las carreteras en Ibadan son un desastre. El proyecto original debía ser bueno, porque hay trozos que se conservan razonablemente bien, pero en el momento en que aparece un bache en la calzada este no se arregla nunca, y se agranda y se extiende hasta que la carretera misma es un gran bache. Os podéis imaginar los pitostes que se arman en cada uno de ellos (distribuidos aleatoriamente cada quinientos metros)
Pensad pues, por un segundo, en las complicaciones que esto supone para un prohombre de la patria como el gobernador de Ibadan. Imaginareis que es una persona muy ocupada e importante, corriendo siempre de meeting en meeting, reuniones, charlas. El liderazgo requiere una gran dosis de compromiso, como todos vosotros supondréis.
Así pues no es raro que, para facilitar el trabajo de este gran hombre, paladín de los nigerianos, se haya habilitado una carretera (mas bien un autovía de varios carriles perfectamente asfaltada, que discurre por un puente sobre una de las vías mas concurridas del centro de Ibadan) para su exclusivo uso, desde el palacio presidencial, hasta el palacio de la gobernación (ambos espectaculares y rimbombantes como os imaginareis es digno de semejante personalidad).
Al pasar por debajo del puente de marras (por el que dos o cuatro veces al día se ve pasar a la comitiva de diez coches de guardaespaldas que siguen al coche presidencial) Tunde (el conductor) se irritó un poco y me dijo que la carretera había sido construida por los “blancos” en la época colonial. Yo le dije que el colonialismo estaba teóricamente acabado (aunque esta claro que en la práctica no) y que los nigerianos no debían dejar colonizarse por otra gente. También le dije que en España, si un presidente se construyera una carretera así no lo toleraríamos. Aunque después de decir esto me vino a la cabeza que en España tuvimos cuarenta años de dictadura... y también toleramos mucho más de lo que debíamos haber tolerado (y aun hoy toleramos cosas inadmisibles, ¿no es cierto?)
Bueno, por lo menos los nigerianos pueden reírse de esto. En eso son extraordinarios, os juro que no escatiman en sonrisas y dientes para nada. Opino que son la gente que mas se ríe del mundo, hasta de ellos mismos (hasta Tunde acabó riéndose conmigo).
Un abrazo.
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