Despidiendo el año viejo

No he hecho propósitos hoy para despedir el año nuevo. En lugar de eso me he pasado el día con Bas dando vueltas por el bosque y el lago, admirando su fauna como nunca antes lo habíamos hecho.
Hoy hemos visitado los márgenes del lago donde se pueden observar los peces gatos (enormes) subiendo a tomar aire a la superficie. Los márgenes del lago están poblados por nenúfares y otras plantas acuáticas, que se abren por la mañana y se cierran hacia las cuatro de la tarde. Entre los nenúfares hay todo tipo de avifauna que os podáis imaginar. La riqueza fáustica de aves es tal que uno de los mayores donantes para el proyecto del bosque en el que colaboro (desinteresadamente, ja) es el dueño de la fundación Leventis, un griego millonario, fanático de la observación de aves, que paga proyectos alrededor del mundo para asegurarse de que podrá visitar ese lugar con sus prismáticos.
Así en el lago, casi sin planteárselo, es muy fácil ver garzas, garcetas, tanto la bueyera como la común, avefrías, patos, y otras aves, que desgraciadamente no he identificado todavía (fue una estupidez dejarme la guía de pájaros en casa).
Hoy nos hemos maravillado observando al martín pescador africano. También se puede ver el común, que es una preciosidad con sus colores azul eléctrico y rojo y su divertido batir de alas. Hoy sin embargo, se nos ha parado a dos metros un martín pescador africano, que aunque es más modesto en los colores (blanco y negro) no es por ello menos espectacular en su comportamiento.

Martin Pescador Africano
Photo Author: Hornrabe tours
Lo hemos visto observar con cautela el lago hasta que se ha lanzado en picado sobre su superficie y ha cazado un pez de al menos cinco centímetros. Parecía que no iba a poder tragarlo pero lo ha hecho y luego se ha tumbado a la bartola y nos ha guiñado un ojo.
Luego hemos ido a ver si veíamos un duiker, pero no ha aparecido. Por casualidad nos hemos metido por una carretera del bosque muy poco frecuentada y casi sin quererlo nos hemos encontrado con los árboles donde anidan los murciélagos que viven en el bosque, no los que vienen emigrando desde Níger, sino la comunidad de unos cuantos miles de murciélagos que habitan nuestro bosque. Estos no son negros, sino marrones, y son bastante mas grandes que los que vimos el otro día (unos 60 cm con las alas extendidas). Ha sido increíble porque al parecer les hemos despertado al acercarnos y se han lanzado gritando como posesos de un lado al otro del bosque formando una nube compacta y emitiendo chillidos muy desagradables. Al volver con el patrol nos hemos detenido delante de un enorme árbol aislado y sin hojas, del que colgaban los murciélagos, ENORMES. Eran las diez de la mañana a plena luz del día, pero os prometo que daba mucho miedo.
Los murciélagos son una cosa extraña. Uno diría que no son mas que ratoncitos con alas... pero debe estar muy afianzada su imagen temible en el imaginario popular. Os aseguro que impresionan, sí señor.

3 comments:

Anónimo dijo...

ya sabes que los murcielagos me producen episodios de pánico .Parece que no soy la única pues a Jorge tampoco le hacen nada de gracia.Supongo que tambien limpiaran de mosquitos y otros insectos que seran su alimentación.
Pero tienen mala prensa.besos..lur

Anónimo dijo...

es dificil escribir un mensaje de respuesta, no siempre queda publicado
Ya hemos empezado el año 2005.
deseemos que sea un buen año para todos

Vane dijo...

Estoy intrigada por saber quien pone mensajes anonimos... incluso si los poneis anonimos, no esta de mas que pongais el nombre... si quereis...
Un abrazo