Para mi horror leo hoy en el periódico sobre la publicación de otro libro sobre la Guerra en Bosnia, aunque en este caso el libro atiende más a las consecuencias que a las causas. El libro se llama ‘Paz y castigo’ y está escrito por una colaboradora de la fiscal general en el tribunal de la Haya sobre temas relacionados con la antigua Yugoslavia Carla del Ponte. La noticia se puede leer aquí:
Lo que tiene de nuevo este libro es venir a confirmar que Rusia, los Estados Unidos, Reino Unido y Francia han obstruido la búsqueda de Ratko Mladic y Radovan Karadic los criminales responsables por el genocidio durante los tres años de guerra en Bosnia y en particular el tristemente famoso genocidio de Srebenica. Y la razón por la que los han ocultado es porque estos tipos tienen ‘información’, vamos que pueden demostrar la complicidad de la comunidad internacional en dichos sucesos.
Aunque la noticia venga a confirmar mis propias ideas sobre la guerra en Bosnia y la reproducción del sentimiento nacionalista vía estímulo internacional, la noticia me llena de tristeza, igual que me llena de tristeza recordar esos tantas veces oídos comentarios de ‘estos Serbios, aún están ocultando a sus criminales’, cuando en realidad fue la comunidad internacional quien alertó a Karadic sobre el incipiente arresto que el gobierno Serbio pensaba ejercer, y además los asesinos fueron ocultados durante largo tiempo no en Serbia sino en Bielorrusia! ¡Qué vergüenza! Y pensar que a la comunidad internacional se le llena la boca a la hora de condenar al pueblo serbio y les demandan conseguir algo que ellos mismos están obstruyendo. Así son las cosas, unos ponen las normas y otros nos preguntamos tristemente a dónde nos conduce esta existencia ridícula.