Mis propios miedos liquidos

Bueno, vaya día: si es que soy un desastre. Hoy ha sido el día de mi primer accidente de tráfico. Vamos, nada una rozadura idiota, pero un rollo total con el seguro y todo lo demás. No faltaba más que eso para aumentar el miedo que tengo en el cuerpo desde hace dos semanas. Pensaba que era solo por lo del robo (bueno, hoy ha habido un anuncio de un robo en la biblioteca, pero vamos, que no estoy solea en ello) pero en el fondo mis miedos son algo más que eso, algo más metafísico, más allá de lo que puedo llegar a comprender.
Me he refugiado en mi hogar natural, la biblioteca, y he buscado en los libros la respuesta que no podía encontrar en ningún otro sitio. Tras un par de horas tanteando diversos libros he encontrado finalmente algunas respuestas, si no incompletas, a este sinsentido que me acompaña las últimas semanas.
El libro que finalmente me ha ayudado ha sido “Miedo líquido’ uno de un sociólogo llamado Zygmunt Bauman. Bauman es un famoso pensador de los llamados ‘postmodernos’. La postmodernidad de Barman se resume (según la sacrosanta wikipedia) en la existencia de dos características principales en nuestra sociedad:

1- La dirección de la sociedad hacia un objetivo que no se puede identificar con claridad que reside en un conflicto entre la apreciación y el rechazo de todo lo que es (o parece ser) diferente.

2- Un modo de vida en la que la diferenciación intrínseca entre seres humanos es aceptada y asimilada: todos aceptamos que tenemos que asumir (o tolerar en el lenguaje políticamente correcto de nuestros días) las diferencias.

Espero que Bauman no me matara al leer esto... porque hoy sus ideas parecen ser la única manera de calmarme. Particularmente vivo inmersa en una continua autocrítica que no me permite afirmarme en nada de lo que hago. Por eso lo que Bauman dice me parece muy razonable en particular:

Hemos tratado de exorcizar nuestros miedos, y hemos fallado, habiendo añadido tan solo en el transcurso de nuestro juicio de la suma total de horrores de la modernidad, que también el clamor contra estos horrores debe ser confrontado y expulsado. El más espantoso de los nuevos miedos (de la modernidad) es el miedo de ser incapaz de reconocer o escapar la condición de vivir preso del miedo. Ahora que el optimismo inicial (de la modernidad) ha desaparecido, nos aterroriza que las catástrofes que asolaron a nuestros antepasados no solo pueden volver a ocurrir sino que además son ineludibles.’

Vamos, que lo más podidamente horrible de tener miedo es el pensar que todas estas cosas están fuera de nuestro control. Por ejemplo, el rollo del coche. Me da por culo tener coche. No me hace la más mínima ilusión tener coche y además, no me hace ninguna ilusión conducir cada día. Es agotador y aburrido. Pero las opciones son:

• Confiar en compañeros de trabajo que me llevan en su coche a regañadientes;
• Coger un autobús que tarda mil años y me deja a quince minutos andando del trabajo (después de haber tenido que cambiar de autobús)
• Usar una opción similar pero en tren.

Vamos, que puedo tirar tres horas en el tren o en el autobús cada día o tirar una hora en el coche; y eso a menor coste diario (aunque claro si uno cuenta las reparaciones de rozaduras que parece que voy a tener cada día…)
Parecido el caso al pánico que me da ahora mi calle....
No ayuda tener la sensación de que falta una red de emergencia social a la que recurrir…
Sin embargo Bauman también dice otra cosa: dice que en nuestro mundo ya no nos apoyamos en la confianza en uno mismo: en su lugar buscamos garantías de tranquilidad en la seguridad que nos ofrece la sociedad. Bauman usa estos argumentos con propósitos diferentes de los míos (no en vano el es un intelectual y yo me quedo en ciudadana de a pie) pero, ¿significa esto que si pudiéramos confiar en nosotros mismos un poco más nuestra seguridad aumentaría? Pero volvamos al ejemplo del coche: tu seguridad en el coche no depende de ti sino que depende de un millón de circunstancias: el diseño del coche, la gente conduciendo a tu alrededor, las normas de circulación; pero por encima de eso, tu seguridad depende de factores que sólo tú puedes controlas y que sin embargo parecen fuera de tu control, como la confianza en uno mismo, la presión para no equivocarse siguiendo las normas de circulación. De algún modo el coche es una cosa muy complicada porque el más mínimo error desencadena un millón de consecuencias desagradables: por ejemplo una rozadura en mi coche esta mañana (al otro coche no le he hecho nada) me ha jodido absolutamente todo el día, me ha jodido el seguro, me ha jodido dos días de rutina sin el coche y por encima de todo me ha ayudado a formar una imagen de mí misma como una más de las contribuyentes a la inseguridad en la que se vive en este país. Así que sin quererlo me he convertido en causa de inseguridad, y en zozobra para todos los que han sufrido las consecuencias de mi acción.
Vamos, que conduzco con el culo pero no encuentro la manera de conducir mejor o de evitar el tener que conducir.
¿Es esto parte de la modernidad líquida de Bauman? Me gustaría preguntarle, a ver que piensa.

1 comments:

Sr. Editor dijo...

Jejejeje, pareces Lisa Simpon, refugiándote en la biblio de Springfield. Yo, como dices de ti, tampoco soy un intelectual, ni pretendo serlo, buaj.Pero es interesante eso de Bauman.

Yo tengo una teoría distinta a Bauman y es que, creo que hoy en día basamos, no sólo nuestra seguridad sino, todos los aspectos de la vida en la modernidad, es decir, en la técnica científica y en su avance. Antes la gente se moría de pulmonía y de gripe, un viaje de 100 kms costaba días, comer fruta todo el año era imposible. Ahora creemos que todo tiene solución, pero lo hacemos porque el índice de probabilidades de que algo nos ocurra ha bajado tanto en relación a otras épocas que pensamos que es imposible que algo nos suceda y que si nos sucede tendrá pronta solución. Por eso, cuando sucede, el pánico nos corroe.

Creo que teniendo ésto en cuenta eliminas ese miedo. Los aviones están construídos para volar y no para caerse al mar, pero hay que tener en cuenta que pueden caerse al mar. Los coches están construídos de forma infinitamente más segura que hace un siglo, pero debemos saber que podemos tener un accidente. La gripe es una enfermedad común, pero eso no quiere decir que pueda ser mortal- aviaria-.

Además tengo otra teoría de cosecha propia: "El grado de desarrollo de una sociedad viene determinado por su sistema de Circulación Vial". Jejeje, en ese sistema de Circulación Vial vienen incluidos varios factores, como son la política de Seguridad Vial estatal, la política de Obras Públicas referentes a la conducción, la política administrativa respecto a las Fuerzas de Seguridad encargadas de la vigilancia del Tráfico y , de forma especial, la cultura de conducción de los ciudadanos. Es decir, su respeto a las normas viales y cívicas, el aprendizaje de la conducción, la conciencia de conductor...etc.
Estoy convencido de ello, jeje.