La reina de la autopista en un automático

El encargado de la limpieza se escojonaba de risa en el parking del alquiler de coches del aeropuerto de Chicago cuando le pregunté como demonios se ponía el coche en marcha.... pero la verdad es que quince minutos después le pegaba zapatilla que te cagas. Lo mejor de todo fue salir del aeropuerto de cabeza a las taquillas de la autopista, y yo me había dejado el monedero en el maletero y- te cagas- tuve que pagar los 80 céntimos con un billete de 100$ (¿Que queréis, no llevaba cambio...). Supongo que fue un milagro llegar hasta ciudad de Michigan, donde en el primer semáforo donde me paré se me paró un tío con un lamborgini al lado, me echó una mirada de arriba abajo y condujo a mi lado despacico hasta el siguiente semáforo... para modarse: y es que tengo un sex appeal impresionante... no sé que me dan de comer ultimamente... En fin, la primera noche la pasé en un Motel, igualico igualico que en el que paran George Clooney y Quentin Tarantino en abierto hasta el amanecer antes de llegar a la cueva de los vampiros. De muerte colega... en fin,que fui hasta Lansing, donde tenía lugar la conferencia, y volví a Chicago, y sobreviví a los camiones gigantescos, a los cuatro por cuatro de diez metros... de hecho mi coche era el más pequeño del alquiler de coches: Un Ford Focus de esos familiares!
La verdad que aparte de perderme ni se sabe cuantas veces y de recordar una y otra vez los Puentes de Madison y a Clint Eastwood (Ay mi Clint!) volví a Chicago, pero como me sobraba tiempo me dije “¿Por qué no me meto por el centro de Chicago, y así lo veo con el coche, y así concduzco por dentro de una ciudad enorme para que luego mi madre no me diga que soy un desastre conduciendo?” Bueno, eso hice: los tres minutos más hermosos de mí vida: en un lado el lago Michigan, medio amaneciendo, hermoso como nada.... en el otro lado la “Skyline” de Chicago, las siluetas de los enormes rascacielos riéndose del sueño de la modernidad, y zumbando por la radio los U2 con la única canción que vale la pena de sus últimos diez años: “Elevation”. Ya sabéis, majetes: poneros “Elevation” y mirad la foto de más abajo... no creo que sea lo mismo, pero ¡por si os inspira un poquillo!