¡Más Jazz!
¡Hola! Vengo hoy cansadísima, haciendolo todo a cámara lenta... eso que me pasa siempre cuando he salido el día de antes. Ayer me escapé a Londres con mi amiga italiana, Manuela, y fuimos a una charla sobre filosofía. El tema de la charla era: ¿existe la verdad? ¿Importa qué exista?
El tema de la charla estaba motivado por la encrucijada en la que nos encontramos en este siglo XXI. Por un lado, la gente bienpensante y razonable se encuentra con que ya no es viable argumentar el pleno conocimiento de la verdad; en su lugar es más razonable pensar que podamos estar equivocados ante opiniones que contradigan las nuestras. La alternativa es el autoritarismo intelectual, es decir, los que dudamos nos enfrentamos a que una gran parte del mundo nos confronta diciendo que si nosotros no sabemos si tenemos razón, ellos SI LA TIENEN. Y claro, esto es algo muy difícil de afrontar. En la charla nos dieron un ejemplo muy interesante:
Esto es un profesor de filosofía y ética el que le dan una beca, cuya condición es asistir a diversos encuentros para el entendimiento y la tolerancia. El primer encuentro era una mesa de negociación entre representantes de diferentes religiones, como corresponde a la sociedad multicultural... Así que cada representante empieza a hablar de su religión. Primero el representante budista empieza a explicar que la reencarnación ocurre en un ciclo y que la única manera de librarnos de ese ciclo consiste en meditar etc. Y todos le contestan: “Ah, muy bien, si a tí te funciona...” Después le toca el turno a un representante del Voudoun, que empieza a explicar que el Dios supremo mezcla el bien y el mal en partes iguales. Y todos contestan: “Ah muy bien, si a tí te funciona...” Y así van dando la vuelta a la mesa, con cada representante explicando los principios de su religión hasta que llegan al representante católico y empieza a decir que cree en un Dios, pero es un Dios uno y trino, porque consiste en un padre un hijo y un espiritu santo... Y todos, con mucho escepticismo, contestan: “Ah, muy bien, si a tí te funciona”. Y el católico dice: “No si a mí me funciona no, porque esta es la palabra de Dios, y si no la creéis estáis condenados al infierno”. Así que en la mesa se hace el silencio sepulcral. Todos se miran con los ojos como platos y tras un segundo de reflexión le contestan al señor obispo al unísono: “Ah, muy bien, si a tí te funciona...!”
Como chiste es un poco flojo, ya lo sé, pero creo que es una buena representación del debate que tratábamos de entender ayer por la tarde. Uno de los filósofos invitados proponía que la verdad se puede alcanzar a través del razonamiento, siempre y cuando se acepte la duda de que el propio razonamiento pudiera estar equivocado. Otro de los filósofos se mostraba más pesimista, argumentando que la razón pura, la verdad absoluta, esta lejos de nuestro alcance. El tercer invitado, que no era un filósofo sino un periodista, argumentaba que necesitamos una verdad, al menos una verdad que proteja a todos aquellos que sufren en el mundo (casualidad, nadie en la sala pertenecía a este grupo así que no pudimos tener un punto de vista apropiado sobre que pudiera ser esa opresión de la que los intelectuales hablan; a lo mejor ese es el problema, demasiado intelectual. La duda es, soy o no soy un intelectual. Ya veis cuando uno va a una charla filosófica todo su mundo se pone patas arriba.)
Os podéis imaginar que el debata siguió delirante durante un ratillo, al final del cual me tocó a mí hacer la última pregunta. Mi pregunta fue que en lugar de analizar la verdad como una suma de pequeñas verdades (por ejemplo, piensese en Descartes, que identifica una verdad minúscula “Pienso ergo sum”, y construye su pensamiento sobre esa verdad, añadiendo verdades); sigo con la pregunta; en lugar de estas pequeñas verdades, no sería mejor buscar la verdad essencial de la vida, una verdad no matemática o racionalista, sino absoluta, una verdad que se desprendiera del todo que es el mundo como algo absolutamente irrefutable? (Y aquí toda la tradición idealista se concentra en mis palabras, espero...). La respuesta de mi interlocutor fue concisa: NO. Y me preocupa, porque, a pesar de que era un pensador increíble y muy interesante, su argumento es que la verdad puede ser encontrada sólo a través de la ciencia. Y la ciencia es el medio opresor que hace posible la continuación del capitalismo esclavista.
O sea, ¿qué pasa con los que simplemente queremos una vida mejor?
Os imagináis que tras este evento, Manu y yo necesitábamos un poco de acción, así que nos fuimos a ver una Big Band. Con mi reciente redescubierta pasión por el Jazz me pareció el mejor plan de los possibles. ¡Además el concierto era en una cripta! Sin embargo el concierto fue un desastre. Era una BIG BIG Band, vamos, que por lo menos había veinticinco personas tocando, y practicamente ocupaban la mitad del local, así que estábamos apretados de narices. Y cuando tienes tanta gente tocando, lo meno que quieres es un monton de columnas y de pequeñas cúpulas que desvían el sonido en todas las direcciones posibles. Vamos, que una big band hay que escucharla en un sitio grande. El resultado fue desastroso. Cuando tocaban los solistas era estupendo, pero en cuanto la orquesta se lanzaba a tocar al unísono aquello era un desastre... por no hablar de la selección musical... Benny Goodman y Tito Puente nunca fueron mis favoritos.... Y lo peor: el vino. ¡El vino más repugnante que he tomado en mi vida!
Menos mal que tuve a Manuela para echarnos unas risas. Total, a lo mejor ni siquiera es verdad que estuve ayer en un concierto de Jazz, a lo mejor no es verdad que puedo reconocer un vino bueno y uno malo, y a lo mejor ni siquiera puedo distinguir el sonido de una trompeta y un saxo. Así que, como no sabemos lo que es verdad creo que lo mejor es creerse lo que a uno le apetezca, creerse que el mundo es genial, que todo el mundo es feliz, y que además, es, poner un pie fuera de aquí y largarse al paraíso, que ya va a ser la repera limonera. Muchos viven así ¿no? Andando de puntillas sin ni siquiera una razón para sentirse miserables...
3 comments:
Joeeeeeeer Vane, después d ir tras la búsqueda d la verdad, tras perseguir la realidad, tras el todo y la nada, sueltas un " Y la ciencia es el medio opresor q hace posible la continuación del capitalismo salvaje".
Joeeeeeeer, es q estáis la progresía d un obsesionado. Si la ciencia fuera eso q dices y q ni repetiré, q hubiera sido d Leonardo, de Ramón y Cajal, d Darwin, de Newton, de Einstein. Tas pasao tres pueblos, o más. Sofismo puro. Si es tu última palabra, pues, t digo q,¡ viva la globalización! je,je,je.
Besitos d Che.
Checho, que es que te pones mu serio hijo... una cosa es el cientifico y otra cosa la ciencia. La ciencia puede ser tan buena o mala como tu quieras hacerla, pero aqui en este mundo no hay nada sagrado. Todo puede ser corrupto, y las personas que admiramos se tendran que aguantar.
De todas formas, te lo he dejado en tu blog pero puedes echar un vistazo a esta pagina
http://people.brunel.ac.uk/~ftsrengd/
y pinchar el articulo que lleva mi nombre...
Muchos besos
Vane
pues sin leer aún ese artículo creo q la ciencia no es ni buena ni mala, como mucho siempre buena. Lo malo es el distinto uso q se le da. La energía atómica es muy buena, el uso militar d ella muy malo. La energía electrica es muy buena el uso penal d ella muy malo. Y así cientos d ejemplos, la ciencia q estudia y descubre no puede ser otra cosa q buena, ahora bien, el cabrón q la utiliza d forma inhumana o fraudulenta es el responsable.
Besos y me voy a leer tu artículo.
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