Diccionario de inglés

Ya os he hablado de mi amiga Manuela, que no solo es una filósofa sino también una aguda observadora de su entorno… bueno, Manu está convencida de que hay diferencias irresolubles entre el carácter mediterráneo y el británico. Así que inspirada por las palabras de Manuela he decidido hacer un análisis de los británicos, en particular, de su uso del lenguage corriente.
La primera característica de los británicos es la absoluta necesidad de evitar el conflicto a toda costa. Nunca estarán de acuerdo contigo pero jamás de los jamases te lo dirán a la cara. Por ejemplo, a la hora de la ver algo en la tele, una película de Fellini no tiene nada que hacer con el Gran Hermano (Big Brother). Gran Hermano es casi como una religión (aunque ya le he dicho a Manu que en España casi que también). Pero, no te van a negar que tu quieras ver la película de Fellini. Te dirán, “claro que puedes ver la película”... pero en su rostro estará incrustada esa expresión de me la estás metiendo un dedillo por el ano... En lugar del ataque directo (“anda, déjame ver el gran hermano”), nos encontramos con una compleja sucesión de ataques indirectos: “no piensas que esta película es un poco aburrida; hay estoy tan cansada que no me puedo concentrar; desde luego, hay que ver las cosas que se inventan algunos...” Todo esto aderezado con continuos viajes a la cocina etc etc etc. Hasta que te das por aludida, apagas el vídeo y te encierras en la habitación. Así que ya sabéis, todas esas alusiones al aburrimiento significan en realidad “Déjame ver el puto Gran Hermano”
La verdad es que esto es una cosa trivial. Casi que les puedes ignorar, tú a lo tuyo y si quieren ya te lo dirán. Pero ya sabéis, Inglaterra es el reino de la complejidad. Así que las cosas empiezan a complicarse cuando empiezas a tener colegas ingleses, y empiezas a tener que hacer cosas como quedar para ir a tomar una copa, ir al cine, ayudarte en algo. Entonces la cosa se vuelve complicadísima...
Primero está el “uy, tenemos que quedar algún día” que uno recibe muchas veces en el trabajo. Tu respuesta inmediata es: “Muy bien. ¿Cuándo?”. Y la respuesta es “Ya te llamaré”. Conclusión: Jamás, digo, jamás te llamará. Olvídalo. Eso de “quedar” es una especie de metáfora que expresa la represión ejercida por algún familiar durante la infancia o algo peor. Es casi compulsivo. “Tenemos que quedar algún día” en realidad significa “Tenemos que vernos casi cada día en el trabajo, así que mejor nos sonreímos un poco y hacemos el paripé y así cuando me levante por la mañana y tenga que cagarme en todos los muertos del jefe no incluiré los tuyos también”.
Un caso más extremo ocurre cuando conoces a alguien a quien ves regularmente, y te lo encuentras por casualidad en un sitio de ocio. Por ejemplo, hace un mes fui a tomar una cervecilla con un amigo de Málaga, Paco. El chico es bastante atractivo, moreno, muy español, estilom Javi Grau. Había dos locatis en el pub, de 50++ que no le dejaban en paz, chico, no podíamos ni hablar. Y al final le dicen “uy, tenemos que quedar otro día”. Y Paco les contesta, “vale, ¿por qué no me das tu teléfono y te llamo cuando pueda?”. Y la respuesta es “bueno, no te preocupes, si la verdad, nos vamos a ver por aquí cualquier día.”. O sea, el “uy, tenemos que quedar otro día” significaba en realidad “la verdad es que te echaría un casquete de no te menees, y ya me hace falta porque mi John no me da muchas alegrías pal cuerpo, pero la verdad es que el hombre me cubre los pagos de la hipoteca mientras yo vengo a hacer el gilipollas al pub, y de todas formas eres 20 años más joven que yo y por mucha atracción sexual que sienta no voy a pasar el ridículo de tratar de seducirte, y lo que es peor, a lo mejor tengo que pagar y todo”. ¡Paco se fue de mala hostia!
El caso inverso es la repera también. Porque al menos las británicas te insinuan que estás jamón, si eres un tío. Los británicos por contra, ni te miran. Tú no eres una mujer. No. O si lo eres, no lo han notado. Manu dice “En Italia los chicos llegan a ser pesaos a veces pero es que aquí, ni te silban cuando andas de bajo de una obra”. ¡Quien le iba a decir a ella que echaría de menos las groserías y los piropos de los obreros! Aunque bueno, creo que tampoco importa mucho porque según Manuela los británicos son los hombres menos atractivos del mundo. Tanto es así que cuando ve a uno que sí es atractivo, casi que se lo apunta en su reducida lista de tipos británicos atractivos... Bueno, claro, es que ¡competir con los italianos es difícil!
Luego hay otra variante del lenguage inglés que duele más. Esta es la que estoy sufriendo yo estos días, y por lo que Manu me estaba consolando ayer. La cosa es así. Estoy con esto del Jazz, y de verdad me gustaría encontrarme con alguien a quien también le molara esto para tocar juntos y eso... Pues parece que tengo dos opciones. Los dos ingleseses. Los dos supersimpáticos. Uno toca la guitarra; el otro el piano. De un modo u otro he acordado mil veces con cada uno que nos juntemos para ver que tal sonamos juntos. Todo sea dicho, no tengo muchas esperanzas de hacer grandes florituras, pero cantando se aprende, y lo que me apetece es ponerme manos a la obra cuanto antes. Con el del piano esta empezando a ser agonizante. El jueves, no el domingo, no el martes, no el viernes... siempre dejándolo para otro día. Soy yo la que tengo que ir a su escuela que está a tomar por culo. Pues siempre lo dejamos en “Nos vemos el viernes”, pero del martes al viernes no hay noticias del hombre... El otro chico ha aparecido en las últimas semanas, y la verdad es que es encantador. En esta ocasión es él quien me ha propuesto que nos juntemos para enseñarme sus canciones y eso. Pues igual: quedamos el miércoles. Sin noticias hasta el miércoles, cuando me entero de que se ha ido a no sé donde. Pero no te llama para disculparse, no, te llama para decirte que quedamos el jueves. A lo mejor el jueves yo no puedo, que sé yo. Bueno, es igual, porque nunca más te llamará para decirte cuando quedamos el jueves. Y el caso es que me da por culo, porque me gusta hacer planes y tal. También me gusta ser espontánea, pero, con esto me llama otra gente para salir y mi respuesta es “Me encantaría pero he quedado con fulano para tocar unas cancioncillas” y luego fulano desaparece del mapa... El truco es nunca fijar el compromiso. Vamos, que se dice “Quedamos el miércoles”, pero no se dice “Quedamos el miércoles a las seis en la puerta de la estación. Y sin cambios”. Bueno, pues llevo un cabreo de no te menees. O sea que “Quedamos el miércoles” en realidad significa “Mira, si no me costara ningún esfuerzo, me molaría quedar para tocar, a lo mejor, si me apetece, pues te llamo, pero en realidad ni te preocupes porque está en el fondo de mi lista y como me salga cualquier otra cosa pues no voy a sentir la más mínima necesidad de darte una explicación.” La próxima vez que me diga un inglesito “Quedamos el miércoles” le voy a contestar “En tus sueños, idiota”.
O puedo tomar otra ruta, menos agresiva. Es la ruta que ha tomado Alberto, un amigo de Zaragoza que trabaja en el laboratorio. Hoy ha venido al curro (a la reunión del departamento) con una bufanda del Barsa. Uno dice, “va, llevar una bufanda del Barsa es un mero signo de alegría y felicidad por el triunfo conseguido ayer en la Champions”. No, no, no, lo que Alberto está diciendo es “Jodeos, cabrones, creíais que nos ibáis a aplastar y os hemos dado una paliza de aupa, ja ja, idiotas como os atrevéis a confrontar a un aquipo ESPAñOL; a tomar por culo la batalla de Trafalgar, ¿a quién le importa cuando os hemos dado una paliza de aupa en la Champions y nos llevamos el título a casa?”

NOTA: Justo cuando iba a poner esto en el blog ambos dos, mis colegas ingleses, me han llamado para disculparse. Bueno, ya sabéis, las comparaciones son odiosas... pero divertidas ¿no? Llevo toda la mañana una sonrisa en la cara mientras escribo esto.

1 comments:

Sr. Editor dijo...

Pobre Vane,a ver si encuentras a un músico enrollao, joer.
Pero yo no me alegré d q los mierdas del barssa ganarán la Copa d Europa. ¿Q por q? pues porq no he oído a ninguno d ellos, a ninguno, ninguno, decir q son y espaÑoles y q representan a España. Así q por mí, q les den mucho x el bul d Estambul y es más, no entiendo como ningún español se puede sentir representado por alguien q no se llama español, incluso uno d ellos ha dicho q es catalán y q no es español. Resulta q el otro día, en la final, los únicos q tenían banderas d España eran los ingleses, porq en el Arsenal juegan tres, y resulta q la única enseña nacional roja y gualda q se vio fue la q llevaban los padres d José Antonio Reyes, delantero sevillano d los Gunners. Claro, tú al estar viviendo allí sientes más a España, ¿no?, jeje, suele pasar. Nos damos cuenta d lo q tenemos cuando lo perdemos. Je, je, je.
Besos.