Historias de la polución
O sea que allí estábamos, un puñado de científicos subidos a esos grandes basureros, haciendo agujeros para coger muestras de suelo, mientras los lugareños nos miraban perplejos desde sus pequeñas parcelitas de maíz y pipirigallo. Lo primero de todo había que picar. Ah, pero no creaís que los científicos están hechos para picar, no, una cosa es ensuciarse las manos para coger las muestras y poner etiquetas, y otra cosa muy distinta es picar. Para eso, ya están los lugareños.
Por esto que los científicos no son siempre tan racionales como se cree. Empezamos la mañana con buen pie: una discusión entre dos de los peces gordos del proyecto. Esto pasa hasta en las mejores familias…Lo que es la ciencia, tío, un guirigay. Y los lugareños seguían perplejos en el maizal.
Como resultado la cosa se dividió entre los dos peces gordos; uno se fue con el 90% del equipo a seguir haciendo agujeros y yo me quedé con el otro, el más gritón, para hacer la exploración.
En realidad me quedé con él porque iba dirigiendo al grupo de lugareños-excavadores que me pareció mucho más interesante que quedarme evaluando perfiles edafológicos (gracias a Dios, o a Benedicto, ya olvidé todo aquello en los obnubilados años en la escuela de Montes), aún con el riesgo de tener que cavar.
Y acerté porque tuve grandes oportunidades de hacer buenas fotos, hablar con un pastor, ir hasta el nuevo depósito de la central y decirles una por una todas las palabras de lenguage balkánico que conozco a los de las azadas, mientras nos tomabamos una maravillosa cerveza local (La cerveza Bosnia es la gloria).
Y eso con el pez gordo, un hombre con bastante mala leche a lo Don Juan en la Escuela Hogar de Jaca, aunque se podía ver a kilómetros que el hombre no era mala persona, na más estaba un poco descolocado. Ya sabéis que Vane le habla hasta las piedras y cuando me di cuenta el hombre ya me había contado toda su vida, desde sus azarosos combates en Mostar durante la guerra ("Estoy vivo, si quieres que te lo diga, no lo sé por qué") hasta la historia de su abuelo que luchó en las brigadas rojas en la Guerra Civil (lo que son las cosas, en nuestra guerra cuanta gente de fuera luchó y sin embargo, ¿alguien se volvió a mirarse la guerra de Bosnia en los cuatro o cinco años que duró?). La verdad es que el hombre tenía una batería de historias que contar…
Craso error, Vane, cuando alguien habla con tantas ganas… llega a posiciones equivocadas; o tal vez vivir una guerra te hace amar más la vida y querer vivir más deprisa. El resto del día me lo pasé huyendo del pobre hombre. Y es que nos quedábamos a solas todo el rato y yo intuía el peligro. Finalmente me dijo:
-"¿Te gusta el vino?"
-"No me va a gustar. Española soy, para más señas"- contesté bromeando.
-"Entonces, ¿por qué no vienes esta noche conmigo a tomar una copa de vino?"- vale, ahora parad de leer un segundo y imaginad mi cara.
Ahora reiros un poco. ¿Qué hubierais hecho?
Le dije que no claro, pero no le debió sentar mal porque el resto del día todo fue: "Qué guapa eres, qué dulce eres…" Me moría por volver al hotel. En fin, capeé el temporal y listo y al día siguiente me pegué a mi supervisor como una lapa- digamos que sirvió de colchón protector. Ahora, eso sí, delante de parte del equipo, mi supervisor incluido, y- sospecho- bajo la influencia del aguardiente local, me dijo gritando que estaba más guapa que el día anterior (no llevaba ropa de campo, claro).
Ver para creer. Pero os tengo que decir una cosa: el tío era elegante un rato: no fue ni grosero, ni abusón, ni nada: claro, directo y conciso. La verdad que las cosas hechas así no molestan, uno puede decir directamente "NO" y aquí no ha pasado nada; nada más que para echarme unas risas mientras escribo en el blog.
Por cierto, picar… piqué. Me daba vergüenza estar ahí mientras los pobres hombres se rompían los costados, y como ya me había tocado alguna vez picarme Callizo, bueno, pues me piqué medio agujero, que tampoco era para tanto.
1 comments:
Jaja, jo Vane yo no se que hacen tus hormonas que se te escapan por los poros hacen estragos por el mundo, vaya exitazo...En fin, ya te llevo el fin de semana una paleta de esas de matar moscones a ver si asi se espantan.
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