Gracias a los solidarios

Bueno, bueno, bueno, tengo que daros las gracias a todos los que os habéis solidarizado con mi desgraciada situación. Probablemente no hay nada mejor para ilustrar esta historia que recordar aquella fantástica (y mundialmente famosa) canción de Milkybardo. Dar pena:

Milkybardo
Dar pena
A veces me pregunto porque fui tan afortunado y por fin encontré
una forma de conseguir que las mujeres se mueran en mi
otras veces me digo que fui muy tonto y antes no lo hallé
ahora caen a mis pies: duermo solo una vez al mes.

Dar pena, dar pena,
¡dando pena consigues nenas!
Dar pena, dar pe-e-e-ena
dando pena consigues nenas.

A veces yo les vendo lo del cáncer de pulmón:
eso enseguida les llega al corazón.
Y si falla les digo que me despidieron antes de ayer.
No te puedes resistir a eso si de veras eres mujer.

Dar pena, dar pena,
¡dando pena consigues nenas!
Dar pena, dar pe-e-e-ena
dando pena consigues nenas.

Si les digo que mi mejor amigo murió en la batalla de Brunete,
me abrazan con cariño y me dicen que majete.
Les digo que mis sueños se quedaron en el camino...
¡Dar pena es la mejor idea que he tenido!

Dar pena, dar pena,
¡dando pena consigues nenas!

Pues sí, esto es lo que piensan algunos: dando pena consigues nenas. ¡Pero que alguien le diga al menda de Inglaterra que yo no soy así! Dando pena a esta nena solo le revuelves el estómago, y ni todos los cánceres del mundo pueden hacerme amar a nadie. Porque sí, la estrategia del inglesito para “conseguirme” es explicarme todas las desgracias de su vida (o no), con la esperanza de que me surjan remordimientos, y decida alegarle su triste vida. ¡Jo! ¡Pero yo no puedo hacer eso! Lo que me pasa es que me da grima, cada día más. ¡No lo puedo evitar! Pero a todos los que os lo he contado me habéis dado el mismo consejo: ¡Pasa tres pueblos!
Si señores. Me he ganado enemistarme con el “pobre chico que quería darme pena” pero es que es difícil aguantar eso...
Un beso solidario,
Vanesa