Más sobre mujeres y sociedades

En honor de todos mis amigas que están en estado de buena esperanza, voy a escribiros hoy sobre un tema que me parece de suma importancia: la condenación de la mujer a una elección.
En una reciente discussión con Rut-Quercus salió el problema de la definición de libertad. Quercus definía como libertad la capacidad de elección y yo trataba de argumentar que a veces tener más elecciones nos quita libertad, lo que hace que una definición de libertad ligada a la capacidad de elección sea cuando menos paradójica. Huelga decir que no conseguí muy bien explicar mi punto de vista, como siempre me pasa, me pierdo en el detalle.
Sin embargo dejadme explicaros un ejemplo en el que el tener capacidad de elección parece quitarte libertad. Para empezar, hagamos un ejercicio de liberación mental: no os voy a transmitir un cliché, o una recetilla; voy a tratar de hacer un argumento original, sin apoyarme en argumentos manidos, así que cuando contestéis a esto por favor, contestadme a lo que escribo y no a lo que creéis que escribo. Sin bien un documento es importante en cuanto al mensaje que el lector recibe y no a lo que el escritor trata de transmitir, el lector de todas formas debería hacer el esfuerzo de abrirse al mensaje del escritor con los ojos abiertos, es decir, sin pasarlo por el filtro del prejuicio.
Hecha la aclaración, el tema que quiero discutir hoy es la elección que las mujeres tienen que hacer en nuestros días entre la familia y el trabajo. El dilema al que cada mujer se enfrenta cuando su reloj biológico le hace la llamada de la selva es: “¿si me pongo a tener niños ahora, que va a pasar con mi carrera? ¿Perderé oportunidades? Pero si tengo niños y no los cuido apropiadamente porque me dedico ami trabajo en exceso ¿seré una buena madre? Si no les dedico el suficiente tiempo entonces podría ser una mala madre y hacer su vida miserable.”
Y para corroborar esta verdad imparable nos ofrecen la imagen (estoy hablando al nivel internacional claro, otros ejemplos habrá en España) de la mujer-carrera por antonomasia: Condolezza Rice.

Aquí tenéis a la mujer que ha dedicado su vida a su carrera: la carrera más exitosa que cualquier mujer tuvo jamás en el universo. ¿El precio? La soledad. Sin pareja conocida ni familia a su alrededor que nos dejen ver. Que diferencia de Bush con su mujer Laura y sus dos hijitas, y todo un surtido de hermanos y tíos para hacernos ver la triste realidad: que el hombre tiene la oportunidad de tener una familia y ser exitoso, pero que si la mujer intenta hacer lo mismo tarde o temprano tendrá que elejir entre el éxito y la familia feliz. Ante este argumento aparece la conclusión clara de la degeneración moral de nuestra sociedad: si las mujeres tarde o temprano sienten esa necesidad urgente de cuidar de sus hijos (vamos, hasta las locas de Sexo en NY se sienten así, tiene que ser algo universal), será porque la mujer tiene un papel especial- y ciertamente maravilloso- en la sociedad, como figura maternal, como cuidadora de las nuevas generaciones, como sembradora de amor y de paz. La aparición propicia de la opción de trabajar para la mujer es por lo tanto una carga para la sociedad. Un caso claro en el que la capacidad de elección es una carga más que una liberación. El camino inequívoco hacia la desintegración social......
Uf.
¿Una pausa de reflexión?
¿Lo leemos otra vez?
O sea que lo que estoy diciendo es que el mejor papel para la mujer es volverse para casa... bueno, huele a podrido o no huele a podrido el argumento... y sin embargo lo escuchamos repetido una y otra vez en diferentes lugares y foros de opinión. Veamos a ver si el argumento resiste el poder de la lógica. Lo que estoy diciendo arriba es:
1- Que el tiempo de la mujer es limitado
2- Que tener un trabajo y tener una familia son cosas contradictorias
y por tanto
Conclusión- la mujer tiene que elegir entre ocupar su tiempo en una familia o en un trabajo.
El corolario absoluto de la Conferencia episcopal es claro: como la familia (o expresado de otra manera, nuestros hijos) es una cosa sagrada, a la mujer no le queda más remedio que renunciar a la elección y volcarse en la familia para salvaguardar a la sociedad.
Paso de discutir el corolario porque es una absurdidad. Pero si que me interesa desmontar la aplicación lógica. El problema no es la conclusión ya que la conclusión sigue lógicamente a las premisas; por eso el argumento es difícil de desmontar. Sin embargo, las premisas son erróneas: no es la lógica del argumento la que falla sino el establecimiento de las premisas iniciales.
Para empezar el argumento 1 está chupado: la mujer tiene el tiempo limitado. Y el hombre también. Si ambos mujeres y hombres tienen el tiempo limitado, esta característica no debería dar indicación alguna para la asignación de actividades diferentes: el mismo tiempo, la misma actividad.
Es el segundo argumento el que plantea más problemas, porque se trata de una afirmación inherentemente subjetiva. Que nuestro tiempo es limitado es algo que podemos afirmar sin mayores dudas otras que las sugeridas por metafísicas de poca aplicación política. Sin embargo, que trabajo y familia son polos opuestos y que la realización de uno implica la no realización del otro es un mero juicio de valor, que por otra parte, entraña definiciones igualmente subjetivas de los que es trabajar y lo que es tener una familia.
Trabajo y familia no son cosas contradictorias: todo lo contrario. Trabajo y familia se necesitan el uno al otro. Sin familia (y me estoy refiriendo a toda clase de familias, desde familias tradicionales hasta el cultivo de amistades), la persona se vuelve huraña y triste. En estas condiciones dudo que se puedan hacer trabajos decentes. Si el trabajo se convierte en una mera forma de amasar dinero, sin reflejar el interés del trabajador por la propia actividad, ocurre una forma de alienación, y el trabajador pasar a ser una marioneta del sistema. En estas condiciones, os juro que no entiendo como la vida puede tener sentido.
Ahora, la familia en sí misma no puede ser la única causa de satisfacción. Y el ejemplo claro es que la mujer que trabaja en casa solamente, las pocas que quedan, realizan simultaneamente, y sin reconocimiento alguno, millones y millones de trabajos (en ocasiones altemente especializados). El ejemplo perfecto era mi bisabuela Isabel (Yaya), cuyo día era un crisol de tareas, que incluían no solo la casa y la cocina sino también el huerto, los animales, mantener el tejido social del pueblo y diversas artesanías, la más obvia tejer. Pero hoy en día el papel del ama de casa ha cambiado mucho. Con el cambio de estilo de vida, la introducción de electrodomésticos y la comida rápida muchas amas de casa no se encuentran necesitadas. Y no es que no trabajen, claro que lo hacen, lo que pasa que el trabajo lo podría hacer cualquiera. Ya no son trabajadores esenciales en la casa. Y ocurre lo que ocurre: tengo varias amigas que al tener hijos han decidido pasar más tiempo en casa: después del parto hay miles de cosas que hacer, pero al cabo del tiempo la cosa se normaliza y volver al trabajo se vuelve una urgencia: se aburren, se aburren en casa.
Por otro lado está el trabajo: estamos en una era en la que parece que da verguenza reivindicar los derechos de los trabajadores. Pero no deberíamos parar: pedir unos meses por maternidad debería ser una cosa normal; pedir una jornada laboral de 8 horas, y contratos a tiempo parcial debería ser normal. A estas alturas esto no hay que reivindicarlo: una madre, igual que una chica soltera, igual que cualquier hombre, puede hacer cualquier trabajo, hombre. Y pensar otra cosa tiene un solo nombre: discriminación. El éxito es una cosa relativa: podemos pensar en Condolezza como un triste ejemplo, pero yo, que queréis que diga, a esa señora no le admiro nada. Y sin embargo conozco otras mujeres, que con su familia a cuestas (y ojo, repito, familias de todo tipo), se han echado las ganas a las espaldas y conseguido consas de las que estoy mucho más orgullosa. El problema es que con esta fiebre del famoseo y la ridiculez, valoramos el éxito como una cosa equivocada: el éxito es lo que sirve para algo, no pasear el careto por las noticias.
Y aquí viene cuando “los del argumento” te echan el Triunfo, un espadón: “Pero si la mujer trabaja no podrá darles a sus hijos lo más fundamental: amor. El amor de una madre no se puede sustituir por una guardería o por un educador. La madre tiene que estar ahí, para sus hijos.”
Ciertamente. Pero esto no significa que la madre necesite ejercer una continua presencia física sobre sus hijos; de hecho, aunque diversos estudios psicológicos demuestran que para los bebés es importante tener mucho contacto físico y sensorial con sus padres, entrar en contacto con otras personas en meses más avanzados ayuda a los bebés a desarrollar independencia y autoestima. Y cuidado, ya lo digo arriba, el contacto-amor que el niño necesita el de ¡los dos padres!. El niño sufrirá igual, tanto si le falta la presencia maternal como la paternal. Pero ambas dos no se compran: ni con tiempo, ni con dinero. El amor no se mide en segundos. De hecho, el amor ni se mide ni nada: solo se da. Un padre/madre comprensivo y feliz que pasa las noches con su hijo, pero con atención, no mirando a la tele con mirada perdida, es todo lo que el niño necesita: el saber que está ahí, que se puede hablar, que te van a comprender y escuchar. Esto, NO TIENE NADA QUE VER CON TRABAJAR O NO. Y lo digo otra vez: el tiempo no es amor.
Todo esto lo digo yo que no soy ni voy a ser madre en los próximos ¿dos años y medio?, pero que se desespera al ver la sociedad rompiéndose la cabeza en puzles equivocados.

8 comments:

Sr. Editor dijo...

Totalmente de acuerdo Vaner, de la A a la Z.
A Condolezza,ni la admiro ni lo contrario, jeje, creo que es el ejemplo de la mentalidad yankee, de la sociedad USA, donde lo importante es el triunfo laboral por encima de todo. Ser popular y triunfar laboralmente es una obsesión allí, aunque también allí puedes encontrar comunidades totalmente alejadas de estos criterios.
En todo el mundo se tiende a seguir esa forma de desarrolllo pero, especialmente en Europa, se siguen unas políticas diferentes, con mayor ayuda familiar. En España, con Gobierno del PP, se promulgó la Ley 39/1999 de 5 de noviembre para promover la conciliación de la vida familiar y laboral de las personas trabajadoras. Posibilitó la aprobación del llamado Plan Concilia, que primero para los trabajadores del Estado y ahora los de la CC.AA. de Aragón,trata de dar solución a los trabajadores con niños a su cargo hasta los 12 años, protección del embarazo, excedencias en cuidados de los niños, maternidad, reducción de jornada por cuidados familiares, adopción, reagrupación familiar...etc.
Lo cierto es que cada Admon. aplica la Ley según sus criterios, lo que conlleva que no se cumpla, chocamos por ejemplo con eso de la Autonomía Local de los Ayuntamientos, por ejemplo. Peor me parece aún, que está ley no tenga ámbito de aplicación a todos los trabajadores, no sólo determinados funcionarios. Y yo me pregunto, lo de siempre, ¿qué ocurre en Alemania, en Francia, en G.B., en Noruega, en Dinamarca?, seguro que estamos a años luz. ¿Por qué?.

Rubiales dijo...

¿porque tienen más dinero?
¿porque recaudan más impuestos?
¿porque tienen más política social?

Vuelvo a la carga, tras mis días de inactividad. ¡¡¡Qué lavado de cara!!! Me gusta mucho, muy sencillo, aunque me gustaba más que se viesen las fotuelas en los comentarios. Va de gustos.

¡Ole que post, Vane!.
Un ejemplo sencillo pero precioso. La revisión de lo que significa "éxito" en una sociedad corrompida como la nuestra es imprescindible para los que nos comemos un poco la olla. Llámalo popularidad, triunfo laboral, famoseo o querer ser millonario.

Por eso siempre digo que si "pudiese dar a un botón" para hacer desaparecer la Lotería, lo haría.

Por cierto, Checho, que el blog de la Vane, no es como la página de la Comunidad de Madrid. ;)
Lo digo por lo aficionados que son en madrid.org, servicio de la Comunidad de Madrid, a los banners "пропаганда"... Muy fuerte ¿eh?

En el próximo post que escribas, te doy cañita, que me da mal rollo romper el buen karma de tu descendencia.

Sr. Editor dijo...

Jejejeje, ¿me darás cañita a mí?, Rubiales que es el blog de Vaner, no el mío. Jejejee, ya sabes que estaré preparado y tranki que no rompes ningún karma. Ya has visto que estoy de acuerdo con Vane, ¿no te sorprende?, jejeje.
Lo de la página de la Comunidad de Madrid, qué quieres que te diga, lo normal, qué quieres que hablen del talante de Simancas o qué, imagino que pasa lo mismo en otras páginas similares, ¿has visto la de la Generalidad de Cataluña o de la Junta de Andalucía o de la Xunta o del País Vasco?, pues eso.
Saludos...

Vane dijo...

Juanma, te veo lleno de energia!!!! Oye, que tal tu superexamen? Era dificil? Cuanta gente se presentaba? Cuantos endemismos te preguntaron? Cuentame que estoy en ascuas!!!
Muchos besos

Rubiales dijo...

Buff, no sabes la de energía contenida que guardaba. ¡Ahora es el momento de darle salida!.
Pues mira, Vane, me siento un poco en deuda contigo por no haberte tenido al día...
En julio fue la primera prueba, examen botánico al que firmaron 23 personas y finalmente se presentaron sólo 15 o así. Y nada, cayeron los endemismos que nos teníamos que estudiar en nuestro momento. El examen que más diferencia marcó te sonará: Un examen de 40 pliegos (pinos, hayas, encinas y matas) que nadie aprobó mas que yo :D
Así que al segundo exámen (de leyes, el de ayer), sólo me presentaba yo. No tenía nada más que aprobar, asi que eso, un exámen normal de temas horribles que aprobé sin mayores problemas. Eso sí, la empollada infecta me la metí de todas las maneras.
Y ahora nada, personal laboral fijo, ahí es nada ;)
¡Gracias por las buenas energías que me transmitiste, Vane...!

P.D.: Dani ha sido el primero que se ha apuntado a celebrarlo. No sé cómo lo hizo pero sin saber nada me vino a ver minutos después de los dos exámenes, en julio y en octubre... ¡Qué misterio!

Rubiales dijo...

Aaah, Checho, perdón por usar el blog de Vane como foro...
Se me olvidaba...
He entrado en tu blog y he visto que está animado, asi que en breve me apuntaré al carro. Del lado de Sabanés y los anónimos, claro ;)
Sí, he visto las páginas de todas las instituciones que comentas. Como la de Madrid, niguna, chico.
Y lo mismo pasa con la tele. Y recuerda que antes de Esperanza tuvimos ocho añitos de gobierno de derechas en Madrid, sin una manipulación del calibre del actual. Esta es sólo comparable al de TVE1 en los últimos tiempos de la era Felipe y al de la misma cadena con otro gobierno y la "segunda" Guerra de Iraq (la mala). Hasta tú te espantarías, estoy seguro.

Sr. Editor dijo...

Rubiales, felicidades por tu oposición, no por la que me haces eh, digo por haber aprobado esa opo, jeje. Me alegro.
Ciao....

Anónimo dijo...

Vane, ¿no te cansa que estos dos de arriba colapsen tu blog? Imponte, que se van a acabar haciendo con él...
Besiño,
Mu