Del poder y otras cosas mayusculas

El otro día en una comida estaba hablando con alguien sobre los problemas de Argentina. Yo estaba diciendo que era una pena que un país tan fatástico tuviera tantos problemas; y en la discusión alguien argumentó que en las quinielas de principio de siglo Argentina aparecía como próxima potencia mundial...
Así que yo argumenté el clásico “claro, corrupción y decadas de políticos ineptos, junto con el Fondo Monetario Internacional han llevado a Argentina a la ruina”.
Y recibí la respuesta clásica “ ¿No será que los argentinos también tienen algo que ver en sus desgracias?” Así que la conversación siguió por otros derroteros, tratando de entender que había en los argentinos que les llevaba a la ruina.
Yo adopté este argumento inmediatamente. Sí, supongo que son los mismos argentinos los que tienen algo que ver en sus crisis... pero ¿hasta que punto? ¿Alguien se atreve a decir: los argentinos se lo merecen?
Yo no.
No me atrevo a decir que ningún pueblo se merece sus desgracias.
¿Nos merecimos en España a Franco?
¿Se merece Niger morirse de hambre?
¿Se merece Rwanda un genocidio auspiciado por ciertos “misioneros” europeos?
¿Y que pasa con locos que han gobernado?: ¿Se merecía alemania a Hitler? ¿Russia a Stalin? ¿Chile a Pinochet? ¿Iraq a Sadam? ¿Nos merecemos todos nosotros las burocracias insostenibles, las multinacionales inconscientes, los economistas inflexibles?
Y no es decir que no tengamos todos algo que ver en aquellos que tienen el poder, pero el poder es algo muy complicado, imperceptible, inmanejable, conectado a tantos elementos a la vez que ningún modelo puede caracterizar la complejidad con la que las estructuras de poder, muchas de ellas obsoletas, injustas, criticadas, se mantienen a través de los siglos, condenando a las poblaciones que sufren esos abusos a miseria, falta de libertad y de sentido común, pérdida de ideales humanos o incluso de sus almas en favor de objetivos mucho más cuestionables.
Mills escribió un estudio clásico sobre las élites en Norteamérica, y creo que es muy apropiado. Su último paragrafo dice:
“Los hombres de los altos círculos no son hombres representativos; su posición no es un resultado de sus virtudes morales; su fabuloso éxito no tiene que ver con su habilidad meritoria. Esos que se sientan en los asientos de lo alto y poderoso son seleccionados y educados a través de recursos de poder, riqueza o los mecanismos de celebridad que posee su sociedad. No son hombres seleccionados y educados por un funcionariado unido al mundo del conocimiento y el entendimiento. No son hombres formados por partidos de responsabilidad nacional que debaten abiertamente y claramente los problemas que la nación confronta tan estúpidamente. (...) Los commandantes del poder inigualados en la historia humana, esos han tenido éxito en el sistema americano de irresponsabilidad organizada.”
Mills, CW, The power elite, 1956- Traducido por mí misma
Mills vio esto en los 50 en América... ahora nos queda decidir si nosotros vemos esto en otras sociedades y en otras épocas.
Besos

3 comments:

Anónimo dijo...

Esto que leches significa???

Anónimo dijo...

de donde salen tantos guiris de m...?.- ya tenemos aqui la invasion de iraq

Anónimo dijo...

La verdad que no se porque tengo esta invasion de guiris en mi blog... pero bueno, que le vamos a hacer