13 contra 27

Bueno, ya os imaginaréis que este no va a ser mi más brillante cumpleaños pero en fin, ya me cantastéis algunos cumpleaños feliz el sábado noche (antes de disfrutar de los boy’s del Corleone) y tuve mis fantás ticos regalos.
Lo que es hoy he tenido dos tarjetas, así, por demás y he comprado una tarta y la he traído al curro. Como cuando éramos pequeños y llevabamos chucherías al cole. A mi aquellos momentos me encantaban: tener una bolsa enorme de chucherías en la mano ya era guay, pero tener a todos los de la escuela detrás tuya porque les ibas a dar algo era todavía mejor. Aunque a veces había momentos raros en los que el cumpleañero empezaba a elegir a quien le daba o a quien no: tú eres mi amigo, tú no… Yo quiero recordar que no era así, y que le daba chuches a todo el mundo, pero vamos si a alguien alguna vez no le dí, lo siento: a la sombra de Tacher y Reagan crecían nuestras almas neoliberalistas, que le vamos a hacer.

OH, NO, VIENE UN PÁRRAFO DE REFLEXIÓN POLÍTICO-EXISTENCIAL. SI USTED NO ESTÁ INTERESADO EN ESTE PRODUCTO SALTE CUATRO PÁRRAFOS (EN CURSIVA) Y CONTINÚE MÁS ABAJO LEYENDO MIS RECUERDOS DE JUVENTUD.
¿Neoliberalistas??? Sí, vamos a decir su principio básico en claras palabras: el comercio siempre es bueno. Aunque sea causa de explotación (porque el que tiene dinero establece los términos de la negociación) el que pierde en la transacción siempre estará mejor después de haber comerciado… Me cuesta creerlo. Por dos motivos:
En primer lugar el comercio depende de relaciones de poder. Las simplificaciones neoliberalistas que consideran a los países como individuos que piensan y toman decisiones racionales son absurdas. Un país, y más su comercio, es una maraña de transacciones, difíciles de estimar incluso en términos absolutos. Y la explotación no beneficia al perdedor: le ayuda a expandir sus posibilidades de ser explotado.
El segundo motivo por el que estoy en contra es porque para poner todo en términos de comercio (y más en un contexto internacional) hay que poner un precio… a TODO. Y todo no se puede poner en términos de precios. No se puede poner precios al conocimiento o al medio ambiente. La mayoría de las cosas que nos importan en este mundo son inconmensurable, aunque haya quien se empeñe en medirlo todo. La burla más grande de nuestra sociedad es lo que algunos llaman falacia naturalista: es decir, considerar como objetos aquello que es indefinible. Los mercados no existen: son construcciones conceptuales de las que nadie había oído hablar hace cien años. Del mismo modo otras cosas se corrompen cuando las ponermos en términos reales. Por ejemplo EL AMOR. Cuando se objetiviza en términos cuantificables (y pagables) ya no es amor: es prostitución.

Finalmente hay cosas que aunque sean tangibles, no deben ponerse en términos de precios porque es moralmente incorrecto. No se puede poner precio a la vida. La naturaleza no se puede comprar ni vender (bastante vergüenza es ya que vendamos la tierra). Hasta hace doscientos años había un producto de moda, que todo el mundo quería comprar, que daba pingües beneficios. Este comercio era completamente objetivo:se regía por una serie de principios muy claros sobre la cualidad del producto vendido. Debio ser uno de los primeros productos comercializado a escala mundial. El producto comprado-vendido-cuantificado eran humanos y el tipo de mercado tiene un nombre muy concreto: el mercado de la esclavitud.
FIN DEL ROLLO POLÍTIQUERO

Volviendo a mi infancia, recuerdo, de pronto, OH DIOS MÍO, ¡qué soy bigamica! Si señor, porque cuando era pequeña me casé. ¡Con sólo seis años! El cura que me casó fue Antonio Auria y mi novio fue Iván (aunque lo que más recuerdo es que Iván no quería casarse y corría de un lado a otro de la clase; ay, señor, estos hombres, nunca quieren sentar la cabeza). Me vestí de blanco y sospecho que mis testigos fueron Pablito y Inma de Curé, aunque probablemente Jareta pueda echar algo de luz sobre este asunto tan espinoso. ¿Qué no os invité al convite? Ya ya, bueno, era buffet libre de moras. Si no vinisteis es porque no quisisteis.
Hablando de niños locos, ayer había una chavalina de unos trece años montando en bicicleta en mi calle, una niña muy graciosa. Sin embargo lo único que yo podía pensar es en la frase de Santiago Segura (el alcalde?) en Air Bag:
"¡Si es que las visten como putas!"
¿De donde sale mi espíritu reaccionario? Del hecho que la chavalina llevaba una falda por mitad del culo, y montada en la bici se le veía el culo, integramente. De ahí mis contradicciones. Una parte de mí, la principal, dice:
"Cada uno a su bola. ¿Me molesta verle el culo? No." y un poco al estilo de tía Puri "El que mira es un marrano y el que se desnuda, un cristiano".
Pero el problema aquí es un poco diferente porque la niña llevaba una falda de adulta (tipo la Beyoncé) en un estilo extraño. ¿Me entendéis? La niña no se estaba rebelando contra una sociedad que le pone la etiqueta de mujer objeto desde los trece años, como hacíamos nosotros haciendo calvos en la estanca. No, la niña se estaba subyugando al poder, queriendo ser la mujer objeto que le obligan a ser. Creo que eso fue lo que me hizo sentir un poco mal…Ah, la adolescencia, que momento de grandeza…A lo mejor solo siento envidia. Como me gustaría a mí tener trece otra vez, y a lo mejor, teniendo trece, sí que me parecía normal enseñar el culo.

3 comments:

Anónimo dijo...

Lo siento Vane, no recuerdo tu boda con Ivan pero si recuerdo la mia con Pablito lo que me convierte en ¿tu tia?
Muchas Felicidades, no se si te ha llegado mi mensaje, a lo mejor no lo has podido abrir... Un besazo
(Yo soy de las que se ha saltado el rollo politiquero, pa eso mi maridin que le encanta)

Anónimo dijo...

Hey, no fue mi boda on Ivan el agno que estabas en Huesca?

Anónimo dijo...

Perdona Vane pero he estado unos días sin poder leerte y no he podido...¿contestarte?, otra vez jejejejeje, te ha faltao tiempo ¿eh?, jodo maña te enseño el trapo y entras tirando derrotes a diestra y siniestra, ya sabes quien soy. Bueno como Ja ya te ha contestao a la parte de añoranza infantil yo voy con el rollo politiquero, o mejor dicho político-económico y es q debo replicar y replico cada uno de los puntos q expones, espero no extenderme.
1º ¿Neoliberalistas?, primer error, soy, son, somos, liberalista, liberalista económico, pooosi.Lo del neo es algo que los progres colocáis como prefijo prejuicioso hacia todo lo q no se encuentra en vuestros ideales como ultra-derecha, neo-fascistas, neo- conservadores, pre- constitucionales, etc, cuando nunca empleais, ya ves no existen, términos como ultra- izquierda, neo- comunistas, neo- progresistas.Sí, el comercio siempre es bueno, y más cuando vivimos en un estado social y democrático de derecho, siendo el imperio de la Ley la base de nuestra convivencia, así, el problema no es el comercio sino la explotación, q no es su consecuencia, el q explote no cumple la Ley, por lo tanto a la carcel. ¿Todos los comerciantes son unos explotadores?.
2º Los países no son individuos. Ni actuan como tales, es decir individualmente, eso lo dices tu, dudo q liberles piensen algo así, más bien al contrario. Como bien dices el comercio, la economía, de un país son una maraña de transacciones, en gran parte asociadas y en gran parte individuales ¿no?, lo q sí ocurre es q todas ellas forman un compendio colectivo, gigantesco y sobre el q se debe tomar decisiones, política económica q los liberales no confundimos con otros términos como neo-, social, justicia, moral, ética...eso es cosa vuestra, la nuestra LEGALIDAD.
3ºEfectivamente todo tiene su precio, hay q poner un precio... A TODO,... SÍ. No quiero decir q eso me guste, q eso lo comparta, q eso esté bien, digo q eso es así, una verdad como una catedral, esa es la REALIDAD, y como tal la debo aceptar, por q si no lo hago...¿me explotarán?, quizás, lo q es seguro es q no tendré posibilidades d desarrolarme socialmente. Así pues, el q quiera vivir al margen d la sociedad q lo haga, le alabo el gusto, q se pire d gipi a un pueblo abandonado, cojonudo, ahora q no me diga lo q tengo, tenemos q hacer, no,no, el q no vota q no proteste, el ácrata a su falansterio.
4º ¿Todo no se pueder poner en términos de precios?, ¿tu crees?, yo pienso q todo tiene un precio, incluso el amor, sí. Es triste, sí, pero como t he dicho es la realidad, quieres ejemplos, ahí van: ¿conoces alguna mujer de futbolista, tenista, motorista u otro deportista de elite q sea tan fea como el mono ese cabrón del gitano q me contabas?, ¿conoces idem de idem de algún ejecutivo/a de una gran empresa, banco, broker?, ¿conoces idem d idem d algún actor/actriz, cantante?, pobre Chenoa. Es más, para mi aún es peor otras mercancias, ¿por qué si eres rico no la palmas d sida?, ¿por qué un empaste t lo pagas? ¿por qué Rojas Marcos es el Director del Servicio de Salud d NYC y no de Sevilla? porq todo tiene un precio, no lo digo yo, no es q me guste, pero es la realidad.
5º La esclavitud estaba considerada legal, qué t puedo decir, simplemente q no es un problema económicoliberal sino colonial. Ahora también hay esclavitud en zonas de África, Asia y América, ¿es un problema económico?, pienso q una economía estable en un Estado democrático es la solución y no el problema.
6º Que chorizo t plantao, sorry,aunq he d darte la razón en q mas q en poner precio a algo tangible lo q no puede ser moral es su comercio, ahora q si está permitido.... Se debe regular respetando la libertad d empresa y vigilando las normas establecidas, q se cumpla la Ley, ¿qué Leyes tenemos?, ese es el problema en mi humilde opinión liberal, jejejeje.
Un besazo y mencantan estos parlamentos cibernéticos a pesar d ser tremendos chorizacos.Checho